Ya lo había anunciado el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, hace unos días tras afirmar que las Islas se enfrentaban a unos “meses durísimos” por el aumento de contagios de coronavirus y hoy lo ha vuelto a corroborar el director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, al adelantar que el Ejecutivo baraja cerrar el ocio nocturno y pedir autorización judicial para implantar el toque de queda.
En declaraciones recogidas por COPE Canarias, Domínguez asegura que “con los números en la mano, vamos camino del nivel 4 de alerta” en Tenerife. Asimismo, indica que este jueves “tendremos una reunión cuando se consoliden todos los datos y se hará una propuesta al Consejo de Gobierno para que se revisen, en cualquier caso, las medidas más restrictivas, pero con estos datos estamos bastante cerca”.
Las islas de Tenerife y Gran Canaria registraron ayer los peores datos de la pandemia con 1.736 y 662 nuevos positivos en COVID-19. En el conjunto del Archipiélago, la incidencia acumulada a siete días se sitúa en casi 550 casos por cada 100.000 habitantes. “Está sobre la mesa pedir autorización al TSJC para limitar algunos movimientos en determinadas horas para intentar cortar esa parte de sociabilización que no se hace de manera responsable”, afirma.
El portavoz del SCS reconoce que el contagio en el ocio nocturno continúa siendo una asignatura pendiente para las autoridades sanitarias porque es donde más se están detectando brotes. Por eso, su posible cierre “es una de las cuestiones que se están valorando”.
Domínguez sostiene que el hecho de que la mayor parte de los contagios se estén produciendo entre menores de 50 años ayuda a evitar la presión en los centros hospitalarios, aunque recuerda que “un aumento exponencial de casos con muchos contactos estrechos hace que se tensione todo, tanto el sistema de rastreo como la atención primaria y los hospitales, pero el sistema está respondiendo”.