Las cifras no son buenas, el Gobierno del señor Pedro Sanchez no esta animando a la economía, las cifras son claras y no dejan lugar a dudas.
El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha cosechado en 2019 los peores datos de empleo desde 2013. Nada menos que 1.450 trabajadores se fueron al paro cada día de los últimos 18 meses. De hecho, se crearon el pasado año 180.000 empleos menos que hace un año. Los portavoces de turno del Gobierno se jactaron de estos datos buscando y rebuscando alguno que les permitiera decir que eran buenos, aunque no lo consiguieron. No hay ni una sola magnitud que pueda ser considerada ni medio buena. Ni empleo, ni reducción de paro, ni contratos indefinidos. Nada de nada.
Y, parece que no es suficiente el mal que ya han causado con sus decretos llamados sociales, que el candidato Sánchez quiere seguir gobernando con medidas que únicamente van a profundizar en lo que va mal. Advierte de la derogación de la reforma laboral, mediante la que se han conseguido recuperar más de 2,5 millones de empleos desde 2013. Pero, también con más subidas del SMI, gasto público que puede llegar a los 50.000 millones de euros, subidas de impuestos y para rematar la derogación de la reforma de las pensiones, sobre todo el factor de sostenibilidad, que pretendía precisamente profundizar en la permanencia del sistema público y el reparto de los problemas de financiación entre las distintas generaciones, entre los jubilados presentes y los futuros.
Además, los datos de paro no han sido los únicos malos que hemos conocido estos días. La economía española ya crece por debajo del 2 por ciento y sectores como la industria manufacturera o el del automóvil están pasando realmente mal. Desde luego, si el gobierno de coalición de socialistas y comunistas con el apoyo de separatistas, nacionalistas, batasunos y regionalistas sale adelante, la economía no podrá beneficiarse de los mejores vientos que llegan del exterior. Muy al contrario, el cacareado progresismo será en realidad retraso y empobrecimiento y precisamente de los más vulnerables. Jóvenes y trabajadores menos calificados, mayores de 55 años y mujeres verán cómo empeora su proyecto de vida y comprobarán que las dificultades para acceder al mercado laboral o a una vivienda se agravarán. Veremos, si hay gobierno y qué será capaz de hacer.