El precio de un kilo de hachís ilegal que entra en Canarias en pateras o veleros se ha ubicado tras el Ramadán en 1.980 euros frente a precios superiores con anterioridad a la quiebra del negocio del turismo. El cese de operaciones en el ocio nocturno tiene la actividad de los traficantes echando la casa por la ventana. Son datos de InSight Crime difundidos este jueves, que señala que en Marruecos el kilo está en 300 euros.
El cierre del mercado de Canarias y del sur de la Península ha provocado que los traficantes hayan optado por comenzar a bombear hachís de Marruecos desde el Sáhara a Brasil. Una de las teorías que se baraja es que se está realizando operaciones de trueques entre traficantes de Brasil y Paraguay de manera que cambian hachís por coca que después intenta llegar a la UE en contenedores o submarinos.
Un velero cargado con una gran cantidad de hachís, elaborado a partir de los tricomas de la planta de cannabis y con una alta concentración de THC, fue interceptado este junio en las costas de Brasil tras pasar por Canarias con 450 likos de hachís tras partir de Portugal.
InSight Crime señala que «un kilo de hachís directamente en Marruecos puede costar 300 euros el kilo; en Canarias, el precio durante este semestre es de 1.980 euros el kilo y en Estados Unidos llegó a 3.000 euros el kilo» ubicando como fuente a «un funcionario de drogas español».
El surgimiento de una ruta transatlántica de tráfico de hachís desde el norte de África y Europa a Brasil, a menudo a través de África occidental, representa una serie de desarrollos criminales y de drogas en crecimiento en Brasil específicamente y América del Sur en general.
Lo más importante es que muestra un nuevo sistema de intercambio de drogas: hachís por cocaína. Si bien los precios del «kilo por kilo» en Brasil todavía se inclinan hacia la cocaína. A finales de 2020, las autoridades españolas arrestaron a un presunto narcotraficante búlgaro, Dimitar Mitrin, que según los informes se había enriquecido con este sistema, utilizando lugares en África occidental para intercambiar hachís por cocaína, según los medios españoles, además de organizar el transporte de hachís directamente a Brasil.
“Mi opinión es que en el caso de esta reciente incautación, los traficantes estaban trayendo hachís a Brasil para venderlo y compensar los costos de compra de cocaína para enviar a Europa”, dijo Christian Azevedo a InSight Crime.
En términos más generales, estas importaciones transatlánticas de hachís pueden apuntar a una diversificación menor del infame y grande mercado de marihuana de Brasil, que consume grandes cantidades de la droga de Paraguay. Es en esta línea que los procesadores paraguayos, desde al menos 2019, comenzaron a hacer su propio hachís en áreas fronterizas como el estado de Amambay.