El plan de autonomía sobre el Sáhara propuesto por Marruecos es portador de una «solución realista, sostenible y creíble» que el Reino Unido debe «apoyar plenamente», afirma el miércoles el Royal United Services Institute (RUSI), el think-tank más antiguo del mundo dedicado a la defensa y la seguridad.
La iniciativa marroquí sigue siendo «el único plan realista, creíble y con visión de futuro para la región», argumenta el principal think-tank del Reino Unido.
El plan de autonomía ilustra «un compromiso con un futuro político y económico prometedor para el pueblo, respetando el Estado de Derecho, las prácticas democráticas y el desarrollo sostenible», explica el think-tank británico en un análisis firmado por Sir Simon Mayall.
Según este oficial retirado del ejército británico y asesor del Ministerio de Defensa para Oriente Medio, «la resolución de la cuestión del Sáhara contribuiría a la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de toda la región y, del mismo modo, ayudaría en la lucha contra el extremismo».
Marruecos «ha demostrado claramente su compromiso con la región a lo largo de varias décadas de importantes inversiones, construyendo grandes infraestructuras económicas y de comunicaciones y generando miles de puestos de trabajo», señala el autor del análisis.
Refiriéndose a los progresos realizados en las provincias del sur del Reino, Sir Simon Mayall señaló que se trata de «una de las regiones más desarrolladas de Marruecos», con una participación superior al 66% en las últimas elecciones, celebradas en septiembre de 2021.
Los principales aliados del Reino Unido, entre ellos Francia, Alemania, España, Países Bajos y Estados Unidos, han expresado su apoyo al plan de autonomía de Marruecos, que consideran «la mejor manera de traer un futuro de paz y prosperidad a la región y de poner fin a este diferendo», dijo Mayall, añadiendo que la mayoría de los Estados árabes, así como muchos países africanos y caribeños, adoptan la misma postura.
También deploró las condiciones de vida de las personas secuestradas en los campamentos de Tinduf, señalando que dependen casi totalmente de la ayuda humanitaria internacional.