Tras varios meses de tira y afloja, parece que la situación en España de la tan cacareada tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19 comienza a aclararse. Este miércoles, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, informó de que la Ponencia de Vacunas, encargada del asesoramiento científico a la estrategia de vacunación española, veía conveniente la inoculación de una dosis adicional en personas inmunodeprimidas.
El anuncio se ha producido el mismo día en que los mayores órganos científico-sanitarios del continente, el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), se pronunciaban a favor de la dosis como parte de una pauta ampliada en este tipo de personas, no como una vacuna de recuerdo para la población general, para lo que, hoy por hoy, no hay evidencia suficiente.
Hay una cuestión latente. “Es un grupo muy heterogéneo”, advierte Yvelise Barrios, vocal de la Sociedad Española de Inmunología. Una persona puede estar inmunodeprimida por muchas razones. “Hay más de 400 genes diferentes que pueden estar afectados en las inmunodeficiencias primarias“, es decir, aquellas enfermedades debidas a un defecto intrínseco del sistema inmune.
A este grupo hay que añadirle otro más heterogéneo aún, el de las inmunodeficiencias secundarias, producidas por algún tipo de tratamiento inmunosupresor, ya sea para poder tratar un cáncer o recibir un órgano mediante trasplante. Además, están las personas infectadas por VIH, la gran mayoría con el virus controlado pero en seguimiento para evitar problemas.
No es la primera vez que la estrategia de vacunación se fija en ellos. Ya formaban parte de los grupos priorizados en los primeros meses para recibir la inmunización, junto a otros como lsa personas con síndrome de Down y más de 40 años de edad. La estrategia calculaba que el total de inmunosuprimidos era superior a las 350.000 personas, más de la mitad de las cuales se tratan de personas con tumores sólidos que reciben quimioterapia o radioterapia, o tienen metástasis (el tumor se ha diseminado a otras partes del cuerpo).
Trasplantes de órgano sólido
Ahora, en cambio, la situación parece estrecharse. La Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (Facme) ya colaboró en su momento con la estrategia fijando los grupos de pacientes de mayor riesgo de Covid grave (luego la estrategia los redujo de 14 a 8) y ahora ha elaborado un posicionamiento sobre la dosis adicional de la vacuna que será llevado a la Comisión de Salud Pública para fijar qué pacientes la recibirán.
En este posicionamiento se fijan dos grupos principales para los cuales la evidencia científica aconseja esta tercera dosis como parte de una pauta vacunal ampliada que garantice una respuesta de anticuerpos comparable con la población general: trasplantados de órgano sólido y pacientes renales en diálisis. En total, serían menos de 90.000 personas.
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