Nació en Caracas hace 41 años y su voto fue decisivo a la hora de desalojar de la Alcaldía de Santa Cruz a Patricia Hernández Gutiérrez. Hablo en Los Limoneros con Evelyn Alonso Hernández, que estudió y no terminó Arquitectura Técnica y ahora es segunda teniente de alcalde de la ciudad y la responsable de Seguridad, Medio Ambiente y Promoción Económica, incluida la Sociedad de Desarrollo. La han acusado reiteradamente de tránsfuga, pero ella matiza: “No lo soy; no puedo serlo, porque no he cambiado de partido. A mí me echaron del mío, Ciudadanos, aunque ya sabes que no pueden arrebatarme mi acta de concejal. Si hablamos de la ley, esta es la ley”. No ha rehuido ni una sola pregunta.
-¿No te da cosa ir por ahí con escolta?
“No llevo escolta, es mentira”.
-¿Cómo?
“Que se lo han inventado. Conmigo, lo que ha hecho la comisaria-jefa de la Policía Local es poner en marcha un estudio de seguridad, algo habitual cuando se monta un follón similar al que se montó en la censura, por ejemplo. Pero no llevo escolta. Ese estudio determinará si la necesito o no”.
-¿Qué te dice la gente por la calle?
“Me agradecen el cambio. Y que ya venía siendo hora”.
-¿Hay algo detrás de la censura? ¿Ha habido dinero por medio?
“¡Por favor! Si mi padre se enterara de que yo me meto en un chanchullo de esos, le da algo. Nadie tiene derecho, por otra parte, a dudar de mi honradez. Lo niego rotundamente. Además, era más fácil para mí contemporizar con el PSOE y con Podemos, pero no puedo, no va conmigo”.
-O sea, que fueron motivos políticos exclusivamente.
“Yo no te voy a negar que ideológicamente pertenezca al centro-derecha, porque esa es mi ideología. No soporto las formas de Podemos ni los pactos con Podemos de la otra parte de la izquierda, quizá por mi relación con Venezuela; ahora veo en la distancia cómo actúan los chavistas en mi país de nacimiento. Parte de mi familia sigue allá. Algunos parientes míos, a los que quiero muchísimo, han sido secuestrados varias veces. No deseo que esto se convierta en algo parecido”.
-Tu religión te lo impide, entonces.
“Pues mira que he sido catequista en una época”.
-¿Tenías buenas relaciones con Matilde Zambudio antes de todo el lío?
“No, ella nunca me quiso a su lado. Hasta en la noche electoral –yo figuraba como número tres en la lista— me dijo: “Me alegro de que no salieras elegida”. Y se quedó tan fresca. A mí las mujeres siempre me han dado muchos quebraderos de cabeza; prefiero trabajar con hombres”.
-Decir eso hoy día no es políticamente correcto.
“No, y que mis enemigos políticos sepan también que los tengo cuadrados. Conmigo no van a poder”.
-En las redes te han puesto bonita…
“Me han recomendado que no acceda a ellas, por higiene mental. Ya se cansarán. A mí las redes me la traen al pairo”.
-¿Por qué tanto rechazo a Podemos?
“Ya te lo he dicho, o al menos eso creo, pero añado que, en general, se trata de un partido compuesto por personas que te odian porque piensas de manera diferente a ellos; el discurso de Vox, con sus defectos, no es tan radical y ya sé que me crucificarán por decir esto, pero lo considero rigurosamente cierto”.
– Ahora te han cargado con nuevas responsabilidades, pero no vas a cobrar sueldo. ¿No suena extraño?
“Parte de esas responsabilidades vienen porque tengo muy buenas relaciones con los sindicatos policiales; quizá por eso me han dado Seguridad. He trabajado en la banca y he sido visitadora médica. Sé ganarme la vida. Ahora tendré que enviar currículos porque hasta que la justicia no ponga las cosas en su sitio me tengo que ganar la vida en la esfera privada. Ya sabes que sólo podré cobrar dietas por asistencia a plenos y comisiones en el Ayuntamiento. Viví en Venezuela pero soy canaria de pura cepa: mi madre es de La Palma; mi padre, de Guía de Isora y mi abuelo materno, gomero. Creo que la mezcla es evidente”.
-Y en el Parlamento, tururú. Te han quitado de en medio.
“Ya llegó la comunicación de Ciudadanos: me retiran mi condición de asistente del grupo y no puedo seguir trabajando allí; es verdad”.
-¿Ha muerto Ciudadanos?
“No lo creo, pero ni siquiera el partido sabe el potencial que tiene en Tenerife. No se lo imaginan sus dirigentes y es una pena. Podrían hacer mucho más. Pero las cosas no se arreglan calificando de tránsfuga a quien no lo es y echándola del partido. Cuando vino aquí Fran Hervías para solucionar lo de Zambudio también la llamó a ella tránsfuga. En Ciudadanos hay mucho jefe y poco indio y es una pena”.
-¿No tienes miedo a decir todo esto?
“¿Miedo yo? Ya te he dicho…”
-¿Lo has pasado mal estos días?
“Tengo la conciencia tranquila. Y te pido disculpas por no concederte la entrevista antes, pero no era prudente, dadas las circunstancias. Paré unos días de hacer declaraciones para no enturbiar más la situación. Finalmente, todo salió como habíamos previsto”.
-¿Crees que existen irregularidades en las contrataciones de la Sociedad de Desarrollo, en la época en que gobernaba Coalición Canaria?
“Voy a encargar una auditoría, pero no a una empresa de Tarragona, no hace falta irse tan lejos. Y no te puedo responder a tu pregunta, porque no lo sé”.
Evelyn Alonso Hernández mira su reloj. Tiene programada una reunión y la han venido a recoger. Miro mis papeles y el cuestionario ha terminado. Son casi las seis de la tarde y sobre la carpa exterior de Los Limoneros, luce un sol de justicia. Guardo el boli y la libreta. Y cuando se va, reparo en que no le han entregado la rosa, ni las galletitas de Mariano Ramos. Mala suerte.