El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín ha implantado por primera vez en Canarias un sistema de asistencia ventricular a una paciente, que funciona como “un corazón artificial” ambulatorio de larga duración.
Este tipo de dispositivos supone una nueva incorporación a las diferentes terapias disponibles para tratar la insuficiencia cardíaca avanzada y es un apoyo importante para el Programa de Trasplante Cardíaco puesto en marcha en el Hospital Doctor Negrín a finales del año 2019, ha indicado el responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca, Antonio García Quintana, durante una rueda de prensa.
El sistema, indicado en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, les permite esperar por un donante adecuado e, incluso, en determinados casos, puede ser un tratamiento definitivo para aquellas personas que no son candidatas a un trasplante por presentar alguna contraindicación.
Sin embargo, no todos los pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada son candidatos idóneos para llevar una bomba de estas características y han de ser sometidos a una valoración médica previa.
Se espera poder implantarlo en unos cuatro o cinco pacientes al año, especialmente a quienes por alguna razón no pueden ser trasplantados, ha dicho García Quintana.
“El trasplante cardíaco sigue siendo la mejor alternativa, el corazón humano es el que mejor se comporta y más supervivencia da a la persona”, pero este sistema es de gran ayuda en muchos casos, ha indicado el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca, Francisco Portela Torrón.
Según ha destacado, se desconoce cuánto tiempo puede llegar a vivir alguien con este sistema, porque la frontera de las personas trasplantadas ha ido aumentando paulatinamente, por ejemplo.
Esta primera intervención en Canaria se llevó a cabo el pasado 8 de junio, en una mujer de 56 años, Concepción Hernández Casañas, quien ha explicado cómo ha cambiado su vida gracias a la operación.
“He vuelto a nacer, antes no tenía fuerzas ni para hablar, y ahora sí y tengo ganas de vivir”, ha manifestado esta herreña afincada en Tenerife.
La asistencia ventricular mecánica de larga duración, comúnmente denominada como LVAD por sus siglas en inglés, es una terapia destinada a mejorar la función ventricular izquierda en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada.
El dispositivo consiste en una bomba totalmente implantada que conecta el ventrículo izquierdo con la aorta del paciente.
La bomba es de tipo centrífugo y se alimenta a través de unas baterías y un cable exteriorizado (‘driveline’), ha señalado Portela.
El implante se llevó a cabo en el quirófano en una operación que dura unas dos horas y posteriormente es necesaria una fase de convalecencia.
El paciente está aproximadamente un semana en cuidados intensivos y luego de siete a quince días ingresado en planta, pues debe aprender a manejar e interpretar el sistema que se le implanta.
Se trata de un período determinante porque se enseña al paciente el uso del dispositivo (recarga, aseo personal, vida diaria) y el control de la coagulación.
El seguimiento ambulatorio se realiza por parte de los profesionales de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada en el Hospital de Día de Cardiología.
La paciente fue dada de alta tras el implante y actualmente sigue controles en la Unidad de Insuficiencia Cardíaca sin incidencias reseñables, con total autonomía y una notable mejoría de la calidad de vida.