La formación situada en el monte Tendürek está siendo investigada por científicos, cerca de la frontera entre Turquía e Irán, ha suscitado interés desde que fue descubierta en 1959 por Ilhan Durupinar, un capitán de la Fuerza Aérea Turca. Durupinar notó una forma inusual en fotografías aéreas, lo que llevó a los arqueólogos a sugerir que la estructura podría ser los restos de una embarcación construida por el hombre.
La posibilidad de que esta formación sea el Arca de Noé ha sido objeto de intenso debate entre los investigadores y científicos. Según la Biblia, el arca medía 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto. Convertido a unidades modernas, esto equivale a una longitud de aproximadamente 492 pies, una dimensión que coincide sorprendentemente con las de la formación rocosa en cuestión.
Especialistas y científicos estadounidenses y turcos del proyecto Noah’s Ark Scans han realizado investigaciones utilizando tecnología de escaneo 3D avanzada. Este método no invasivo permite recopilar datos de alta resolución sobre objetos situados bajo la superficie, incluyendo elementos submarinos y subterráneos como madera o asfalto. Un radar de penetración terrestre, una técnica geofísica moderna, envía ondas electromagnéticas para analizar frecuencias en el rango de ondas de radio cortas a ultracortas. Los datos recopilados son procesados mediante software especializado para obtener imágenes que se asemejan a secciones transversales del objeto estudiado.
El Arca de Noé: ¿la han encontrado los científicos?
Los resultados obtenidos por los científicos e investigadores con el escaneo 3D sugieren que debajo de la superficie hay una estructura artificial compuesta de líneas paralelas y formas angulares. Andrew Jones, ingeniero y arqueólogo involucrado en el proyecto, afirmó: «Estos resultados son los que se esperarían si se tratara de una embarcación construida por humanos que correspondiera a los requisitos bíblicos del Arca de Noé». Sin embargo, este hallazgo no ha sido universalmente aceptado.
Muchos geólogos y científicos argumentan que la formación rocosa no contiene rastros de madera, un material esencial según la descripción bíblica del arca. Afirman que la naturaleza puede formar muchas estructuras inusuales que podrían ser malinterpretadas como artefactos hechos por el hombre. Ken Ham, fundador de Answers in Genesis, también expresó escepticismo al señalar que el monte Tendürek es un volcán en escudo, lo cual representaría un peligro para Noé y su tripulación.
El debate sobre la ubicación del arca y la veracidad de la historia del diluvio global sigue siendo acalorado según científicos e investigadores. Algunos investigadores sugieren que el arca podría haber aterrizado en otra montaña en el antiguo estado de Urartu, que abarcaba partes de la actual Turquía, Irán y Armenia. Otros argumentan que, dadas las limitaciones tecnológicas de la antigüedad, era imposible construir un barco lo suficientemente grande como para albergar a todas las criaturas.
El profesor David Montgomery de la Universidad de Washington es uno de los investigadores que cuestionan la posibilidad de una inundación global. Montgomery subraya que nunca se produjo una inundación global, ya que no hay suficiente agua en la Tierra para cubrir todas las montañas más altas. Live Science, citando estudios del Servicio Geológico de Estados Unidos, informa que incluso si toda el agua de la atmósfera cayera de una vez, nuestro planeta quedaría sumergido a una profundidad de solo aproximadamente una pulgada.
Este escenario no justificaría la necesidad de construir un arca enorme capaz de albergar representantes de todas las especies animales. Estudios de la NASA con científicos e investigadores sobre el derretimiento de la capa de hielo global indican que, en ese caso, el nivel del mar aumentaría unos 197 pies. Además, investigaciones publicadas en «Nature Geoscience» revelan que incluso considerando toda el agua subterránea, que contiene 5,4 millones de kilómetros cúbicos de agua, todavía habría lugares secos en la Tierra, ya que esta cantidad de agua cubriría la tierra solo hasta una profundidad de unos 591 pies.
Live Science también señala que los geólogos no ven evidencia de un diluvio global en el registro de rocas. La historia bíblica de Noé y su arca contiene muchas ambigüedades, lo que lleva a muchos a considerar que el relato del diluvio es más alegórico que literal. La ausencia de pruebas físicas concluyentes y la imposibilidad práctica de una inundación global respaldan la teoría de que la historia del Arca de Noé podría ser una metáfora para transmitir enseñanzas morales y espirituales en lugar de un registro histórico preciso.
La discusión de científicos e investigadores sobre la formación en el monte Tendürek y su posible relación con el Arca de Noé continúa atrayendo la atención de científicos y público por igual. Mientras algunos ven en esta formación una confirmación de relatos antiguos, otros mantienen una postura crítica, subrayando la necesidad de más evidencia y estudios rigurosos antes de aceptar conclusiones definitivas. En cualquier caso, el enigma del Arca de Noé sigue siendo uno de los grandes misterios de la arqueología y la historia antigua.