El padre de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, pudo haber hecho acopio de ropa de las niñas y juguetes en su casa antes de que se les perdiera el rastro a los tres, informaron a Efe fuentes próximas a la investigación.
Transcurridos 16 días desde que padre e hijas desaparecieran se mantienen abiertas diferentes hipótesis en torno a un caso que el juzgado instructor investiga como un presunto delito de secuestro.
Entre estas hipótesis, según confirman fuentes consultadas por Efe, está la de que no llegaran a abandonar Tenerife, como por otra parte se ha llegado a barajar.
De hecho, el juzgado emitió una orden de búsqueda internacional y se han realizado diferentes pesquisas al respecto.
Por ejemplo, se ha realizado un seguimiento a las embarcaciones que en el día que aquellos desaparecieron realizaron rutas desde Canarias a Cabo Verde.
Mientras, en el entorno de la madre de las niñas existe la convicción de que el padre se las pudo haber llevado a Latinoamérica, a propósito de lo cual han impulsado una campaña en las redes sociales con amplia difusión nacional e internacional.
El rastreo del teléfono de Tomás Antonio G.C., a través de un duplicado de su tarjeta, ha determinado que en las horas previas al último contacto que tuvo con su expareja y madre de las niñas, ya de madrugada, éste no se comunicó con ningún amigo o conocido que le pudiera haber podido ayudar en un hipotético plan de fuga.
Las cámaras de seguridad de la Marina de Tenerife, en el puerto de Santa Cruz, donde tenía el amarre de su embarcación, lo grabaron llegando a las instalaciones solo y embarcando en dos ocasiones, la última vez a las 00.30 horas, tres horas y media después de la acordada para devolver a las niñas a la madre.
Además, un vigilante lo vio cargar varias maletas y bolsas de ropa en su lancha y le dejó a Tomás Antonio G.C. que recargara el móvil en su caseta después de que aquel fuera a comprar un cargador en una gasolinera próxima a la Marina, entre la primera y la segunda vez que se hizo a la mar aquella noche.
Al día siguiente, la embarcación fue localizada vacía y a la deriva frente al Puertito de Güímar, y horas más tarde, en la misma zona, el dispositivo de búsqueda, que aún se mantiene activo por tierra, mar y aire, halló flotando en el agua una silla de retención infantil perteneciente a una de las niñas.