Se llama Jorge Brandon, lo apodan el Gallo, y, para poder defender el trabajo de “pequeños, medianos y grandes agricultores”, se dedica a vender, a cinco euros el kilo, aguacates de La Palma en Tenerife y Gran Canaria. Lo comenzó a hacer desde el pasado mes de agosto, cogiendo el barco para llevar él mismo, en su camión, la mercancía a otras Islas, pero ahora, con la erupción del volcán de Cumbre Vieja, su labor tiene especial importancia.
Este joven agricultor es claro cuando habla: “Estamos cansados de los intermediarios que hay en este negocio, por eso hemos pedido a algunos amigos que difundan en redes sociales, para poder llegar a posibles compradores”. Por eso, con 700 u 800 kilos de aguacates ha optado ahora porque sean esas redes sociales las que den visibilidad a la realidad que vive.
Casado con una mujer de El Paso, aunque ambos viven en Santa Cruz de La Palma, insiste en la necesidad de defender, no solo a su pareja y él, pequeños propietarios de fincas, sino a otros muchos productores: “A determinados caciques les ha molestado, que algunos agricultores hayamos decidido echarnos fuera de ellos, pero lo que no puede ser es que se fleten los mercados con aguacates a crédito y precios muy, muy bajos”:
Vende esos aguacates en cajas de diez kilos cada una a un precio de 50 euros, mientras que si es al menos, siempre con un mínimo de tres o cuatro kilos, cada uno de ellos cuesta 6,50 euros. Solo hay que llamar a su teléfono y él mismo, en plena crisis volcánica y con muchas cosechas perdidas en La Palma, los lleva al lugar indicado.