El archipiélago de las islas Salvajes, situado entre las islas Canarias y Madeira, es propiedad de Portugal y forma parte de la Región Autónoma de Madeira. Consta de tres islas principales y varios islotes, y cuenta con una superficie total de 2,73 kilómetros cuadrados.
Además de ser un importante santuario ornitológico, las islas Salvajes albergan más de 150 especies de plantas y especies únicas de caracoles y reptil. Aunque se cree que las islas fueron descubiertas por Diogo Gomes de Sintra en 1438, se sabe que ya existían desde tiempos antiguos.
Durante mucho tiempo, las islas fueron propiedad privada de familias de Madeira, pero fueron compradas por el gobierno portugués en 1971 y convertidas en Reserva Natural. Actualmente, solo se permiten actividades científicas y de conservación en las islas, y está prohibido habitarlas o realizar actividades recreativas como la navegación deportiva o el submarinismo.
La situación geográfica de las Salvajes, más cerca de Canarias que de Madeira, fue motivo de conflictos pasajeros entre Portugal y España. En 1881, el Gobierno español propuso al país vecino la construcción de un faro, pues las islas eran un peligro para la navegación hacia Canarias, pero esa construcción tardaría muchos años.
La propuesta también incluía algunas cuestiones referidas a la soberanía, por lo que Portugal decidió rechazarla. En 1938 fue emitido por la Comisión Permanente de Derecho Marítimo Internacional un dictamen en favor de Portugal, aunque España no tuvo la oportunidad de defender sus intereses debido a estar inmersa en la Guerra Civil española.