El área de Seguridad trabaja en un plan para regular el acceso al litoral chicharrero en caso de que el lunes se autorice su uso.
La playa de Las Teresitas, la principal zona de baño de Santa Cruz, tiene unas dimensiones que alcanzan los 75.000 metros cuadrados, una superficie que complica, y mucho, la implementación de medidas para cumplir con las exigencias del Ministerio de Sanidad para la apertura de las playas el próximo lunes, si finalmente se aprueba el paso a la fase 2 de Tenerife. Estos días, los técnicos municipales, tal y como adelantó ayer DIARIO DE AVISOS, están trabajando para buscar las fórmulas que mejor se adapten a las circunstancias del litoral chicharrero. El borrador sobre el que se trabaja desde el área de Seguridad y Movilidad, al frente de las que está el socialista Florentino Guzmán, se centra en las opciones más viables pero también en descartar aquellas que, por su dificultad, se alejan de la operatividad necesaria.
Aunque Santa Cruz cuenta con cinco zonas de baño autorizadas, las medidas más específicas se aplicarán en la playa de Las Teresitas. Así, una de las propuestas que más opciones tiene de que se ponga en marcha es la de dividir la playa en sectores, concretamente en cuatro, de forma que se pueda orientar y redirigir a los usuarios entre ellos y evitar así una indeseable masificación en una zona concreta de la playa.
Además, se propone reservar en la zona de mejor accesibilidad de Las Teresitas un espacio para el uso exclusivo de personas mayores de 70 años, cuyo acceso será siempre voluntario, y que se establecería con el objetivo de que esta población, considerada de riesgo, no se mezclara con el resto de usuarios.
En cuanto a la capacidad de la playa, será necesario, según detallan los técnicos, tener aforado cada uno de los sectores, de modo que a partir de una ocupación del 50% del aforo en uno de ellos deberá reconducirse el flujo de usuarios hacia el resto de espacios más desocupados. Este último punto implica que cuando toda la playa esté al 50 %, se pueda permitir el acceso controlado por sectores hasta la ocupación total. Cuando esto pase, es necesario avisar a la población del cierre de la playa, con una antelación al menos de una hora, para evitar que se desplacen si ésta se ha cerrado por aforo. Aún no se ha establecido ese número de ocupación, que será el que marque los distintos avisos y controles de acceso. En cuanto a los kioscos de Las Teresitas, tal y como venían demandando sus gestores, también se propone una regulación. Concretamente se les autorizaría a la apertura de mesas y hamacas siempre con limitación de aforo.
TECNOLOGÍA
Frente a este esbozo de las medidas a aplicar en la playa de Las Teresitas, y posiblemente también en la de Las Gaviotas, a partir del lunes si fuera posible, los técnicos hacen referencia a la inviabilidad de implementar algunos de los sistemas que se están dando a conocer estos días para el control de aforos y distancias en las playas. Así, en el documento de trabajo al que ha tenido acceso DIARIO DE AVISOS, la estrategia de parcelar la arena en cuadrícula y acceso por reserva on-line, en el caso de una playa como la de Las Teresitas, “es técnicamente inviable”. El principal problema de este sistema sería su complejidad, puesto que tendría que montarse y desmontarse cada jornada, realizar las labores de limpieza y mantenimiento pertinentes de la arena a primeras horas de la mañana, y su montaje antes de que los usuarios pudieran acceder. Todo esto, señalan los técnicos, implicaría tener la playa cerrada hasta una hora avanzada del día, potenciando una mayor concentración de usuarios al reducir el horario disponible. Añaden que, “debido a que no hay intención de cobrar por el uso de la playa, imponer reservas gratuitas para los espacios de la misma ocasionará, sin lugar a dudas, una infrautilización real del espacio”.
La segunda de las medidas que se apunta, la de emplear sensores de inteligencia artificial para informar sobre aforos, presenta “una dificultad técnica y logística elevada”. Se refieren los técnicos a que si de lo que se trata es de informar a la ciudadanía del nivel de aforo en un momento determinado, tendría que satisfacerse tal necesidad con un procedimiento adecuado para ello, es decir, contar con instalaciones y aparatos, cuyo coste es elevado, en una playa en la que ni siquiera hay alumbrado público.
RESTO DE PLAYAS
Desde el Ayuntamiento aún no se ha decidido cuál será el criterio a aplicar en el resto de las zonas de baño, dado que solo el control de la playa de Las Teresitas implicaría destinar un importante número de efectivos. En cualquier caso, se va a reforzar tanto el servicio de Salvamento y Socorrismo que presta Cruz Roja, como la presencia de la Policía Local y de los voluntarios de Protección Civil. En cuanto a la Unidad de Medio Natural (UMEN), sus agentes se encargaran del control del resto de las playas de Anaga, en las que también queda por definir el protocolo que se va a aplicar para garantizar la seguridad.