La viborina triste está en portada de todos los medios canarios por la paralización de un proyecto urbanístico sostenible por encontrar en los terrenos esta planta endémica canaria.
La viborina es una planta perenne que muere en unos 20 meses. Su semilla es fácil de plantar casi en cualquier lugar árido sin que suponga un problema medioambiental para nuestro ecosistema, pero hay que reconocer que al estar incluida como «de protección especial» aunque sean datos desfasados y antiguos, es normal que oportunistas se aprovechen para paralizar proyectos urbanísticos y causar una alarma social bastante desmesurada.
Esta planta está incluida como «de protección especial» en el Anexo IV del Catálogo Canario de Especies Protegidas y en el Anexo II de la Orden de 20 de febrero de 1991 sobre protección de especies de la flora vascular silvestre de la Comunidad Autónoma de Canarias, datos que ya no representan la realidad de esta preciosa planta de nuestra tierra.
El proyecto de Cuna del Alma en el Puertito de Adeje, es un proyecto que ha demostrado y con datos reales, que es sostenible y que aporta además de cientos de empleos, la mejora de una zona abandonada en la que solo hay viviendas ilegales que no pagan nada y basura tirada por todas partes, basura que hemos podido observar de primera mano, así como el deterioro de la zona.
Si es correcto paralizar por una planta que no está amenazada «y que los promotores de proyecto urbanístico se han ofrecido a cultivar y cuidar» por cientos de nuevos empleos en la zona, una playa mejorada y un plan de turismo sostenible de esa costa tan abandonada, es que estamos locos y nos puede nuestro afán populista de quejarnos por todo sin ver los beneficios a largo plazo tanto ambientales como económicos que ofrece este proyecto urbanístico.