El pulso contra el incendio forestal en Tenerife ha desencadenado una respuesta de gran envergadura por parte del Ministerio para la Transición Ecológica. Un dispositivo de refuerzo de alta capacidad se ha desplegado en apoyo al Gobierno de Canarias en esta ardua tarea de extinción. El escenario se teñía de urgencia, y con un total de diez medios aéreos, cinco en las Islas Canarias y otros cinco enviados desde la Península, el MITECO se ha erigido como un pilar de respaldo contundente.
Los medios del MITECO desplegados en el incendio son los siguientes:
Ubicados en las Islas Canarias, en el despliegue ordinario de la campaña de incendios
– 2 helicópteros bombarderos en Tenerife Sur
– 2 helicópteros bombarderos y de transporte en Puntagorda, La Palma y
– 1 avión de carga en tierra con base en La Gomera)
Enviados desde la Península:
– 3 aviones anfibios FOCA (2 con base en Málaga y uno de Torrejón)
– 1 helicóptero tipo KAMOV con base en Plasencia del Monte (Huesca)
– 1 avión de coordinación y observación con cámara térmica con base Talavera la Real (Badajoz)
– Personal de las BRIF de Lubia (Soria) y Pinofranqueado (Cáceres).
Las llamas, voraces e implacables, han dado inicio a una danza destructiva en la isla de Tenerife desde mediados de agosto. Pero la pregunta clave, la que arde en la mente de todos, es ¿qué ha encendido la chispa? El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, afirma que el Seprona y la Guardia Civil han estado trabajando incansablemente desde el principio, examinando meticulosamente el origen del fuego. Pero ahora, en este torbellino de emergencia, el enigma de las causas pasa a un segundo plano, ya que la prioridad indiscutible es combatir las llamas.
La costa norte de la isla, salpicada de municipios, enfrenta el embate del fuego. Los Realejos, El Sauzal, La Matanza de Acentejo, la Victoria de Acentejo, Santa Úrsula, La Orotava y Puerto de la Cruz se encuentran en el epicentro de esta lucha feroz. El sur también tiembla ante la amenaza, con los municipios de Arafo, Candelaria, Güímar, Fasnia y Arico envueltos en una espera angustiosa.
Sin embargo, las llamas no son la única preocupación. Un humo espeso y asfixiante se alza, tejiendo un manto de preocupación en torno a la calidad del aire. Una mixtura insidiosa de gases y partículas diminutas, nacida de la combustión de la vegetación y otros materiales, ha causado estragos en la calidad del aire en las zonas afectadas por el incendio. La advertencia ha sido lanzada para la vertiente norte y sur, ondeando en los municipios como un estandarte de precaución.
El Alzheimer de las llamas, la ansiedad del humo, todo ello ha desencadenado una respuesta concertada, un recordatorio en llamas de la importancia de la colaboración y la acción rápida. El compromiso del MITECO en la extinción del incendio en Tenerife destaca como un faro de esperanza en medio de la oscuridad ardiente. La batalla continúa, una lucha no solo contra el fuego y la devastación, sino también contra las incógnitas del inicio de esta danza de destrucción.