Elías, que ahora tiene 31 años, recordó en los micrófonos de Cope Tenerife su paso por el instituto de Ravelo, en El Sauzal, donde fue víctima de acoso escolar, principalmente porque es homosexual, con episodios de violencia física y psicológica casi imposibles de olvidar. Si bien han pasado casi 12 años de aquellos hechos, el joven ha decidido romper su silencio para que su testimonio sirva de ayuda a los niños y adolescentes estén pasando por lo mismo.
Fueron dos años muy largos. “Empezó por insultos y acabó por agresiones físicas”, explica. Con el tiempo, la situación se volvió insostenible. En una ocasión, sus compañeros le empujaron por las escaleras del centro mientras otros le esperaban abajo para darle patadas.
“Al principio intenté solucionarlo yo solo, estuve dos cursos intentando llevarlo como podía, pero al final tuve que contárselo a mis padres. Cuando se supo el caso, en el instituto no actuaron, se lo tomaron como un juego de niños”, explica. Fue entonces cuando su madre contó a la dirección del instituto lo que estaba ocurriendo, pero el acoso no cesó.
Finalmente, Elías decidió dejar el bachillerato y poner tierra de por medio. Se marchó a Inglaterra. También dejó el fútbol porque sus compañeros de equipo no querían compartir vestuario con él.
Más de una década después, el joven se dirige con un mensaje tajante a las familias y a los chicos. “Les pido que busquen apoyo sin miedo, porque muchas veces sentimos que vamos a decepcionar a alguien por contarlo. A los padres, que intenten estar pendientes de los pequeños cambios que experimenten sus hijos, porque suelen indicar que algo está pasando”.