La directora del Observatorio Geofísico Central del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Carmen López, ha subrayado este jueves la “anómala” velocidad de sucesión de movimientos sísmicos que tuvieron lugar antes de la erupción y que hicieron tan catastrófico al volcán de La Palma. “Lo que ocurrió en los tres meses previos a la erupción de la isla de El Hierro, en La palma surgió en tan solo 24 horas”, ha señalado.
En este sentido, la vulcanóloga e investigadora ha destacado que lo que en un principio pensaban que inicialmente eran “pequeños sismos”, al día siguiente alcanzaron “la máxima aceleración en 24 movimientos sísmicos” que habían visto. Además, estos movimientos se registraron diez kilómetros más cerca de la superficie que los detectados anteriormente. “Esto nos asustó porque el magma estaba buscando vías de escape mucho más rápido”, ha dicho.
En este punto, según ha trasladado Carmen López, ya se habían lanzado las alertas. “Facilitábamos y simplificábamos todos los datos posibles para facilitar el trabajo a protección civil”, ha relatado, al tiempo que ha informado de que, desde ese momento, trasladaban escenarios modelados de la isla con las distintas posibilidades de las erupciones para que protección civil elaborase planes de evacuación.
PEVOLCA
Asimismo, la directora del Observatorio Geofísico Central del IGN ha recordado que, en este punto, se activó el PEVOLCA –el plan especial de protección civil y atención de emergencias por riesgo volcánico en la comunidad autónoma de Canarias — que juntó a más de 800 personas implicadas en la emergencia resumidas en distintos comités científicos.
En este sentido Carmen López ha puesto en valor la labor de gestión de emergencia que se logró con el PEVOLCA, “gracias principalmente al papel que tuvo el Gobierno de Canarias”, ha apostillado.
LAS LABORES DEL IGN
Durante la charla, la ponente ha tratado distintos puntos en referencia a las labores realizadas por el IGN que fueron de “vital importancia” para la resolución de la erupción del volcán de la Palma.
Entre otras funciones, López ha destacado la geología, la sismología y la geodesia como las “tres técnicas principales” sin las que no se podría conocer la actividad volcánica. En cuanto a la geología, ha resaltado que es el estudio que les permite “conociendo lo que ha ocurrido, saber lo que la tierra va a hacer en un futuro” ya que los procesos geológicos son “extremadamente lentos”.
De igual manera, ha hecho hincapié en la sismología. Según ha desarrollado, los sismos avisan de que hay una situación de súper presión y eso marca el lugar donde es probable que surja una erupción. “Marcan dónde la roca fractura debido a la sobrepresuirzación del magma que busca hueco para avanzar”, ha dicho.
Finalmente, según ha narrado, la geodesia es la tercera de esas técnicas principales. Con ella, calculan las deformaciones que surgen debajo de la corteza terrestre donde se acumula el magma. “Tenemos satélites que van escaneando las variaciones en la superficie de la tierra y también obtenemos datos con la red de GNSS que ofrece coordenadas exactas. Con ello obtenemos los datos de la deformación”, ha explicado López.