Ayer las autoridades rusas han alertado de manera oficial que unas 420 minas colocadas por las Fuerzas Armadas ucranianas en el mar Negro y parar a los barcos rusos, están ahora a la deriva debido a la última tormenta que ha roto los cables que las anclaban.
Según el Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB), estas minas se estarían desplazando hacia el estrecho del Bósforo, con el riesgo que ello supone para la navegación de cualquier barco en su trayectoria.
Estas fuentes rusas, citadas por la agencia de noticias TASS, aseguran que se han instalado miles de minas en los puertos de Odesa, Ochakov, Chernomorsk y Yuzhny, y que hasta 420 serían minas de anclaje obsoletas, fabricadas en la primera mitad del siglo XX.
La tormenta habría roto los anclajes. «El viento y las corrientes hacen que vayan a la deriva por la parte occidental del mar Negro», ha indicado el FSB. «Las corrientes de superficie en dirección sur son dominantes, por lo que no se descarta que vayan hacia el Bósforo e incluso lleguen al Mediterráneo», ha advertido el organismo ruso. Por ello, la Flota del Mar Negro rusa ha emitido un aviso con fecha 18 de marzo.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania «demuestran una vez más su absoluto desprecio por los fundamentos del Derecho Internacional y por las vidas humanas, incluidas las de ciudadanos de los países de la Unión Europea», según Moscú.