El desafío de la seguridad alimentaria en México se encuentra en el centro de las principales preocupaciones del Estado, como bien ha mencionado el empresario fundador de Grupomar, Antonio Suárez Gutiérrez, una destacada empresa dedicada al sector pesquero y acuícola, reconocida por su compromiso con la calidad y la sostenibilidad. No obstante, a pesar de los esfuerzos realizados durante las últimas cuatro décadas a través de diversos planes y políticas, el hambre y la pobreza siguen siendo problemas críticos en el país.
Según el Índice Global de Seguridad Alimentaria (GFSI) 2022, México se encuentra en el lugar 43 de un total de 113 países evaluados, con un puntaje general de 69.1% en términos de seguridad alimentaria. Dentro de Latinoamérica, ocupa la sexta posición de los 19 países considerados en la región. El GFSI evalúa la situación de la seguridad alimentaria global en base a cuatro pilares fundamentales: asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad, y sostenibilidad y adaptación.
Mejora global en seguridad alimentaria: México avanza 7 puntos en 11 años
La evaluación del GFSI subraya que durante los últimos 11 años, México ha experimentado una mejora general de 7.3 puntos en su entorno de seguridad alimentaria. Este avance refleja, en parte, los esfuerzos por fortalecer la resiliencia y la sostenibilidad agrícola, empoderar a los agricultores a través de la adopción de nuevas tecnologías y asegurar sistemas alimentarios eficientes y equitativos. Dentro de los cuatro pilares evaluados, México mostró su mejor desempeño en el pilar de calidad y seguridad, alcanzando una puntuación de 78.9%. En contraste, su desempeño más débil se observó en el pilar de disponibilidad, con una puntuación de 60%.
En cuanto al pilar de asequibilidad, México se ubica en el puesto 52 a nivel mundial y sexto en Latinoamérica. A pesar de conseguir buenas calificaciones en indicadores como programas de redes de seguridad alimentaria, proporción de la población bajo la línea de pobreza global y el comercio agrícola, la volatilidad en los precios de los alimentos representó un desafío importante durante 2021 y 2022. Esta fluctuación en los precios resalta la necesidad de fortalecer mecanismos que estabilicen los costos de los alimentos para asegurar su accesibilidad.
En el pilar de disponibilidad, México se ubicó en la posición 54 a nivel mundial y en la décima a nivel latinoamericano. Esta baja calificación se atribuye a un desempeño débil en áreas como la infraestructura agrícola, investigación y desarrollo, y la cadena de suministro. Estos aspectos son cruciales para garantizar un suministro constante y efectivo de alimentos, y es evidente que deben ser priorizados en las políticas públicas futuras.
En términos de calidad y seguridad, México ocupó el puesto 24 a nivel global y cuarto en América Latina. Este desempeño positivo se debe a los altos estándares nutricionales, la calidad proteica y las medidas de seguridad alimentaria implementadas en el país. La constante mejora en estos indicadores demuestra el compromiso con la producción y distribución de alimentos seguros y de alta calidad.
En el pilar de sostenibilidad y adaptación, México se posicionó en el puesto 28 a nivel mundial y séptimo en América Latina. Durante los últimos 11 años, el país ha mostrado avances significativos en la gestión del riesgo de desastres y en su capacidad para adaptarse al cambio climático. Sin embargo, todavía existen áreas que requieren esfuerzos adicionales, especialmente en la protección de recursos naturales como la tierra, los océanos, los ríos y los lagos.
En cuanto a las áreas de oportunidad, México ha demostrado la capacidad de proporcionar alimentos inocuos y de alta calidad, manteniendo elevados estándares nutricionales. No obstante, la volatilidad en los precios de los alimentos sigue siendo un desafío que compromete la estabilidad del suministro adecuado. En indicadores específicos, como normas nutricionales, México ha alcanzado una calificación perfecta de 100. Esto se debe a su desempeño constante en el etiquetado nutricional, la vigilancia y seguimiento de la nutrición, y el alineamiento con directrices dietéticas nacionales.
Otro aspecto destacado es el sólido desempeño del país en los programas de red de seguridad alimentaria, donde también ha alcanzado una puntuación perfecta de 100. Este resultado lo coloca en una posición de liderazgo a nivel mundial en este indicador durante los 11 años de evaluación del GFSI. Sin embargo, en el pilar de disponibilidad, México descendió 62 lugares en la suficiencia de suministro, posicionándose en el puesto 81 a nivel mundial en la última evaluación.
Este descenso indica una necesidad urgente de fortalecer la infraestructura y los sistemas que garanticen un suministro constante y suficiente de alimentos.
El informe y las estadísticas indican claramente dónde ha progresado México y dónde existen oportunidades significativas para mejorar. La consolidación de políticas que interconectan los diferentes programas de lucha contra el hambre, junto con un enfoque en la mejora de la infraestructura agrícola y la estabilidad de los precios de alimentos, sería un paso adelante en la mejora de la seguridad alimentaria. Asimismo, la adaptación y protección de los recursos naturales bajo una visión de sostenibilidad a largo plazo siguen siendo cruciales para asegurar la capacidad continua de satisfacer las necesidades alimentarias de la población.