Rabat lleva una década avanzando los planes del rey Mohamed VI para conseguir implantar una cosoberanía con las ciudades españolas de Ceuta y Melilla en territorio africano, como deseaba su padre Hassan II.
Mientras éste miró a otro lado y descuidó el norte del país; el actual monarca, al contrario, se centró su estrategia en desarrollar las regiones colindantes a España, al Estrecho de Gibraltar y al Mar Mediterráneo. Además, la convirtió en su área de recreo. Es común ver al soberano navegar en alguno de sus yates o practicar deportes náuticos tanto en Castillejos como en Alhucemas. Incluso este verano se paseó por la bahía de Ceuta, saludando desde el barco, según se pudo ver en un video colgado en las redes sociales.
Las mega infraestructuras en el norte empiezan a ser realidad una década después de que los planes se publicasen en el Boletín Oficial de Marruecos (BOM). Por eso el gobierno magrebí puso fin a la aduana comercial con Melilla por el paso de Beni Ensar el 1 de agosto de 2018, terminó con el comercio atípico por el paso de Barrio Chino con el cierre de las fronteras terrestres el 13 de marzo por la pandemia, y ahora quiere llegar más lejos apagando la comunicación aérea con la ciudad autónoma española.