Este jueves, SOS Desaparecidos ha confirmado en su cuenta en Facebook que todavía se desconoce el paradero de Viktoriya. En la misma publicación, la asociación añade una carta que podría entenderse como un grito de auxilio de una madre que ya no sabe qué más hacer para localizar a su hija. En la misiva, Miroslava asegura que se ha quedado sin palabras que describan cómo se siente. “Para un padre o madre no hay nada peor que no saber dónde está su hija, si está viva, si está bien…”.
El coordinador de SOS Desaparecidos en Canarias, Santiago Martín, ha manifestado a este medio, en más de una ocasión, que Miroslava “se encuentra muy sola y no se siente escuchada”. Asimismo, ha recordado que hay casos similares en Tenerife, como el de Yumarai, otra menor que se ha ausentado de su vivienda en numerosas ocasiones en los últimos meses. Su padre, Francisco, confesó a DIARIO DE AVISOS que se siente “abandonado” por las instituciones y, al mismo tiempo, advirtió que no ha recibido ayuda de ningún tipo pese a haber denunciado en al menos tres ocasiones: “No ha servido para nada”, lamenta.
El informe anual de personas desaparecidas, elaborado por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), confirmó el peor presagio para las Islas: Canarias lideró las desapariciones en España durante el año pasado, con 4.240 de las 22.285 denuncias registradas en todo el país, por encima incluso de comunidades autónomas con más población, como Andalucía (3.316), Cataluña (3.164) o la Comunidad de Madrid (2.205).
Las Palmas fue la provincia con mayor número de denuncias interpuestas, con 3.446, de las cuales casi el 90% correspondieron a jóvenes de entre 13 y 17 años, muy por encima de la media nacional (63,97%). En Santa Cruz de Tenerife desaparecieron 774 personas, 551 de ellas menores.
Las madres y padres también son víctimas
Casos como los de Viktoriya o Yumarai sirven para darnos cuenta de que los padres también son víctimas que necesitan ser escuchadas, atendidas y tratadas no solo por las instituciones sino por profesionales especializados en la materia. Y aunque en Canarias se están empezando a dar pasos para aunar fuerzas en la lucha contra esta realidad, todavía queda camino por recorrer.
Cada desaparición es un problema con muchas aristas que requiere la implicación de todos los ámbitos vinculados al menor. En Tenerife, por ejemplo, se han dado situaciones que se repiten hasta tres veces. Y la responsabilidad no debe recaer exclusivamente en asociaciones como SOS Desaparecidos. “A nosotros nos corresponde ayudar a las familias en esos momentos de incertidumbre que son muy complicados”, precisa Martín.
Por su parte, la psicóloga Sandra Idri apuntó en otra entrevista con este medio que ha aumentado la asistencia de menores a su consulta por problemas de agresividad hacia la familia o hacia ellos mismos, y lamenta que los recursos de psicología dentro de la Seguridad Social, al menos en la Atención Primaria, “sean nulos”; es decir, que falte personal. “Han venido adolescentes diciéndome que no pueden más y les dan cita para dentro de cuatro meses”.
Miroslava señala que lleva tres meses “viviendo en este infierno, escuchando todo tipo de excusas, explicaciones y viendo cómo se pasan la pelota de una institución a otra. Me siento impotente, sola”.