El Departamento de Escenario Criminal del SC de Criminalística de la Guardia Civil ha detectado posibles rastros de sangre en el vehículo de Miguel Ricart, único condenado por el rapto, violación y asesinato de Miriam García, Desirée Hernández y Toñi Gómez, las tres niñas de Alcàsser.
A pesar de que pruebas posteriores confirmatorias de laboratorio no lograron confirmar la sangre ni el ADN, se cree que se debe a la acción de los rayos ultravioletas durante 30 años.
Este nuevo indicio forense cobra su relevancia, según han explicado las mismas fuentes, al verificar que la sangre coincide con la posición que, según la declaración de Ricart, ocupaba Toñi en el vehículo, única víctima que sangró en el interior.
Hace unos días, el equipo de Prometeo, bajo autorización judicial, realizó un registro fotográfico 3D de los vehículos en el depósito para lograr representar la posición de las manchas de sangre y víctimas.
Se está a la espera de más pruebas pendientes, entre ellas el estudio de los tapizados de los coches conservados en depósito desde 1993 y ADN de pelos encontrados, entre otras.
Las niñas de Alcàsser fueron asesinadas en 1992 y se considera a Anglés el autor material del crimen pese a que en este procedimiento ya se condenó a Miguel Ricart a 170 años de prisión por su participación en los hechos. Salió de prisión en 2013 tras desactivarse la doctrina Parot.