Bélgica, Reino Unido, Alemania, República Checa, Italia, Países Bajos y Dinamarca han detectado este fin de semana sus primeros casos de la variante ómicron del coronavirus, que sigue avanzando a Europa entre la incertidumbre por la efectividad de las vacunas ante una novedad sobre la que las primeras evidencias científicas desvelan que podría conllevar un “mayor riesgo de reinfección”, además de que “presenta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”, ´tal y como informó el pasado viernes la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Úrsula von Leyen, sostuvo ayer en Riga que esta pésima novedad en la lucha contra la pandemia abre una “carrera contrarreloj”, a la par que subrayó la necesidad de “ganar tiempo” agilizando la vacunación y reduciendo los contactos”.
Respecto a la introducción de la variante ómicron en los países de nuestro entorno, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de Países Bajos (RIVM) confirmó ayer 13 positivos de la variante en pasajeros procedentes de Sudáfrica, país donde primero se reportó (el pasado 9 de noviembre) la aparición de la misma, si bien no se descarta que del total de los 61 positivos detectados entre los 624 pasajeros de dos vuelos llegados recientemente de Sudáfrica a Países Bajos que han dado positivo por coronavirus existan más casos de ómicron.
A estos les antecede el caso detectado en Bélgica el pasado viernes, mientras Italia informó el pasado sábado que había localizado un caso “atribuible” en una viajera llegada desde Mozambique. Por su parte, Alemania notificó dos casos de la nueva variante en la región de Bavaria, al sureste del país, y uno en Hesse. Como en todos estos contagios, también fueron personas procedentes del Sur de África las dos que dieron positivo de ómicron en el Reino Unido y la República Checa. Ello ya ha tenido consecuencias en nuestro país, que tiene previsto restringir la llegada de viajeros de Reino Unido a partir del 1 de diciembre, de tal modo que solo pasarán quienes demuestren no estar infectados.
Respecto a las palabras de Ursula von der Leyen, declaró ayer que en la CE “nos tomamos esta ómicron muy en serio. Estamos ahora en una carrera contrarreloj, porque no lo sabemos todo acerca de esta variante, pero es una variante de preocupación”, dijo en una conferencia de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente letón, Krisjanis Karins. Indicó que la ciencia necesita entre dos a tres semanas para tener una “imagen completa” sobre “las características de las mutaciones” de esta nueva variante. Por eso, agregó, hay que “usar el tiempo” para tomar acciones de precaución, y señaló que la “máxima prioridad” ahora es reducir los contactos, vacunar y administrar dosis de refuerzo “tanto como se pueda” y cumplir con las normas de distanciamiento social, higiene y uso de mascarilla. Asimismo, subrayó la importancia de secuenciar y de rastrear contactos allí donde se detecten contagios.
Mucho más expeditivos son los gobiernos de Israel y Marruecos, En el país hebreo se aprobó ayer el uso de un programa de rastreo por los servicios de Inteligencia y Seguridad General interior, el Shin Bet, para localizar a los portadores de la nueva variante, en una decisión a la que se han opuesto cuatro ministros por atentar contra las libertades individuales. Con anterioridad había anunciado el cierre de fronteras a los ciudadanos extranjeros durante dos semanas a partir de hoy, medida idéntica -tanto en duración como en su entrada en vigor- a la adoptada ayer por Rabat.