El Gobierno de España con Pedro Sanchez a la cabeza ha dado el visto bueno a la fusión de Bankia y Caixabank, con la que el Estado perdería el control del nuevo banco al quedar con solo un 14% del capital social, dicha operación daría origen a una entidad con activos por valor de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia). El mayor perdedor de toda esta operación seria el estado con 16.000 millones de ayudas que se perderían.
Fuentes del sector informaron a Europa Press de que CaixaBank y Bankia pretenden apurar los plazos y acelerar al máximo los trámites pertinentes con el fin de tener ultimada su fusión antes de finales de año y poder materializarla antes de cierre del primer trimestre de 2021.
Dado el interés de ambas entidades por acelerar los plazos al máximo, los consejos de administración de Bankia y CaixaBank barajan el domingo 13 de septiembre como fecha tentativa para reunirse y adoptar una decisión fundada sobre la operación, pues esperan contar para entonces con los resultados de la fase de ‘due diligence’ (auditoría legal), que les permitirán disponer de todos los datos sobre la mesa para adoptar la decisión.