En el sector inmobiliario, los errores durante el proceso de edificación de las estructuras son bastante comunes. Si bien algunos solo comprometen el acabado final o la estética, existen defectos de construcción peligrosos que pueden acarrear graves consecuencias, sobre todo, desde el punto de vista monetario.
Por fortuna, disponemos de varios canales de reclamación, los cuales varían en función del tipo de daño. De esta forma, es indispensable prestar atención a los plazos y buscar asesoría especializada.
Solo los abogados expertos en materia inmobiliaria disponen de los conocimientos necesarios para poner en práctica una estrategia jurídica acorde al problema y encontrar la solución más adecuada a los intereses de todas las partes involucradas.
Tipos de defectos de construcción más comunes
Si bien existe un sinnúmero de problemas de defectos de construcción que abarcan desde fallas en la planificación, cimientos inadecuados e inspecciones deficientes, hasta fugas de agua, exposición a mohos tóxicos y problemas mecánicos, en general, están clasificados en cuatro grandes categorías:
1. Defectos de diseño
Aunque los arquitectos e ingenieros son los encargados de diseñar, formular y trazar los planos involucrados en el proceso de construcción de las viviendas y edificios, en ocasiones, la falta de apego a las especificaciones no solo compromete el acabado de la obra, sino que incrementa el riesgo de presentar deficiencias.
En la mayoría de los casos, los desperfectos de diseño están relacionados con el incumplimiento de las normas establecidas en los códigos y regulaciones durante la ejecución del proyecto.
De esta forma, algo tan simple como un mal cálculo en el diseño de las puertas o ventanas repercute en la capacidad de ventilación.
2. Materiales de mala calidad
Sin duda, muchos de los defectos de construcción están ligados al uso de materiales de dudosa procedencia. Aunque algunos problemas encuentran solución oportuna, en el peor de los escenarios, el inmueble puede convertirse en una edificación inhabitable.
Si de enumerar algunos desperfectos comunes se trata, la lista incluye los siguientes inconvenientes:
- Mal funcionamiento de las ventanas debido a la falta de calidad, incluso cuando están correctamente instaladas.
- Filtraciones que se originan a partir del inadecuado enmarcado de las ventanas.
- Desprendimiento del papel decorador de las paredes por la aplicación de un pegante con poca capacidad de adherencia.
- Hojas de metal con defectos de fábrica.
- Goteras derivadas de la poca calidad de los materiales de impermeabilización.
3. Mano de obra deficiente
Los defectos estructurales más habituales que se originan a partir de las ineficiencias de la mano de obra suelen ir más allá de los problemas estéticos. Por norma, están conectados a la falta de atención a detalles básicos que terminan generando:
- Desarrollo de moho a consecuencia de infiltraciones de agua en la estructura.
- Aparición de grietas en techos y paredes.
- Problemas de plomería.
- Inadecuada circulación del aire.
4. Defectos estructurales
Aunque la categoría incluye múltiples escenarios, los más comunes se relacionan, de forma directa, con las condiciones de expansión de las superficies, es decir, cuando los inmuebles son levantados sobre colinas o zonas que presentan especial inclinación.
Además de la edificación sobre cimientos poco estables, tienden a presentarse daños estructurales cuando no existe la correcta preparación del terreno, ya que termina desencadenando ineficiencia en el drenaje, lo que, a su vez, incrementa el riesgo de sufrir inundaciones o deslaves en el futuro.
¿Cuál es el plazo para presentar un reclamo por defectos de construcción?
El fin del plazo para solicitar la corrección de deficiencias en la construcción de viviendas o edificaciones varía en función del tipo de defecto, así como de la severidad de las posibles consecuencias no solo a nivel estructural, sino también desde el punto de vista financiero.
En este sentido, las instituciones especializadas, entre ellas, la Comisión federal de comercio (FTC), invitan a verificar la garantía de construcción a fin de corroborar tanto la vigencia, como la cobertura, o no, del defecto.
En la mayoría de los casos, las garantías suelen cubrir un periodo de 10 años, aunque este periodo puede verse reducido o aumentado de acuerdo a los componentes del inmueble que requieren ser reparados.
Sin importar el tipo de reclamo, conviene formular la petición por escrito, enviarla a través de correo certificado y solicitar un acuse de recibido, de esta forma, tenemos la certeza que el documento está en manos de la compañía de construcción.
Desafortunadamente, hoy en día, gran parte de las garantías para casas, especialmente las más nuevas, no ofrecen coberturas en materia de gastos derivados de un defecto de construcción mayor.
Las compañías tampoco cubren el importe que se genera durante las reparaciones cubiertas por la garantía, es decir, que quedan exoneradas de pagar los gastos que implica mudarse del inmueble mientras dura el proceso de reparación.
¿Cuándo conviene consultar con un abogado?
Si bien lo ideal es mediar hasta llegar a un acuerdo, cuando la responsabilidad respecto a quién debe pagar se convierte en disputas entre los propietarios y las compañías constructoras, lo ideal es buscar asesoría especializada, lo mismo sucede en los casos de reparaciones ejecutadas de manera incorrecta.
Las cláusulas de arbitraje incluidas en las garantías de construcción son de gran ayuda. Sin embargo, es necesario que exista un acuerdo de participación en el proceso por ambas partes, o lo que es igual, establecer cuál de ellas será la encargada de mediar.
Frente a este escenario, y aunque no se trata de un agente obligatorio, lo más conveniente es que las negociaciones sean llevadas a cabo por abogados, después de todo, la asesoría legal supone una herramienta de gran utilidad.
Después de revisar el convenio de negociación, los expertos en mediaciones verifican que las partes entiendan el proceso y estén conformes con las opciones disponibles para solucionar el problema.
De igual modo, ante la necesidad de llevar el convenio de mediación a instancias judiciales, los abogados pueden estar presentes en los tribunales o, en su defecto, ofrecer asesoría jurídica.