La viruela símica o viruela del mono es una enfermedad rara, provocada por un virus transmitido de los animales a las personas, cuya tasa de letalidad ha variado mucho en las distintas epidemias que se han producido hasta el momento, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) que advierte de que siempre ha sido inferior al 10 por ciento.
La mayoría de los brotes se han producido en la República Democrática del Congo, aunque desde su aparición en 1970 se han dado casos esporádicos en otros países dentro y fuera del contienen africano. Precisamente, desde que la OMS confirmara este martes de un caso de viruela del mono en el Reino Unido, en las últimas horas se ha alertado de varios casos sospechosos también en Portugal y España (8 casos en Madrid).
La OMS destaca que los casos que aparecen son esporádicos incluso en algunas partes centrales y occidentales de la selva tropical de África. En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.
¿Cómo evito contagiarme de la viruela del mono?
Según reconoce la OMS, el mayor factor de riesgo para la transmisión de la viruela del mono es el contacto estrecho con otros pacientes que la padezcan. Al no existir aún un tratamiento concreto para ella, la principal baza para evitar el contagio es evitar ese contacto estrecho con enfermos.
Pero, además de ello, evitar contactos con animales como roedores o primates y también no estar expuestos a la sangre y la carne de estos resulta fundamental. La OMS ha pedido también que, en caso de cocinarse, debe de hacerse “a fondo” antes de ser consumidos.
A los veterinarios y personas que estén en contacto directo con este tipo de animales se le pide que lo hagan siempre con guantes y ropa protectora que sea adecuada para evitar infecciones. Todas aquellas personas que hayan contraído la viruela del mono deberán ser aisladas, teniendo contacto siempre (el mínimo posible) con las medidas de protección adecuadas.
Síntomas y tratamiento de la viruela del mono
El periodo de incubación de la viruela del mono, es decir el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas, suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días. Y la infección puede dividirse en dos periodos. El primero, llamado periodo de invasión (entre los días 0 y 5), caracterizado por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía).
El periodo de erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre), cuando aparecen las distintas fases del exantema, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). La evolución del exantema desde maculopápulas (lesiones de base plana) a vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas y las subsiguientes costras se produce en unos 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.
El número de lesiones varía desde unas pocas hasta varios miles, y afectan a las mucosas de la boca (70% de los casos), los genitales (30%), la conjuntiva palpebral (20%) y la córnea (globo ocular). Algunos pacientes presentan linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos) grave antes de la aparición del exantema. Ese signo característico de la viruela símica permite diferenciarla de otras enfermedades similares.
En cuanto al tratamiento, la OMS advierte de que no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela del mono, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela del mono. Sin embargo, la vacuna ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve.