Hace apenas unas horas, el Gobierno trabaja ya con la hipótesis de que las personas menores de 60 años que ya han recibido una primera dosis de AstraZeneca y que no recibirán la segunda tras suspenderse los pinchazos en este colectivo por su relación con los escasos y extraños casos de trombos notificados en Europa, puedan recibir en su lugar una dosis de la vacuna Pfizer.
El Instituto de Salud Carlos III, uno de los organismos que asesoran al Ministerio de Sanidad, está a punto de iniciar un ensayo clínico de «urgencia» para determinar si, como considera como hipótesis de partida, una segunda dosis de Pfizer no solo no sería perjudicial para quien ya tiene puesta una de AstraZeneca, sino que aumentaría los anticuerpos contra la Covid. El nombre del ensayo es «Combivacs», y si todo sale según lo previsto, daría luz verde al cóctel de vacunas que el Gobierno rechazaba hace unas semanas, de manera que quienes han recibido AstraZeneca en primer lugar completarían su inmunización con Pfizer.
«Que podamos combinar dos vacunas diferentes abre la posibilidad de que pacientes que han tenido reacción en la primera vacuna tengan una nueva opción de vacunas diferentes»
El ensayo es para averiguar la efectividad -y también la seguridad- de combinar una primera dosis de AstraZeneca con una segunda de Pfizer. Si el resultado es positivo, el coordinador de la red de investigación clínica del Instituto de Salud Carlos III, Jesús Antonio Frías, ha dicho que podría inferirse que también funcionaría con la otra vacuna de ARN-mensajero, Moderna, pero que solo estaría confirmado con Pfizer.