Las autoridades de Suecia han decidido levantar la próxima semana prácticamente todas las restricciones que aún están en vigor para contener la expansión del coronavirus, apelando a «una nueva fase completamente nueva» que podría derivar en la descatalogación de la COVID-19 como enfermedad de riesgo para el conjunto de la sociedad.
La primera ministra, Magdalena Andersson, ha subrayado que «la pandemia no ha terminado», pero «Suecia ya está casi en el punto de poder abrirse de nuevo», informa la cadena SVT. La menor gravedad de la variante ómicron o el aumento de la población vacunada estarían detrás de esta revisión, que sigue la estela de países como Dinamarca.
A partir de la próxima semana, no habrá restricciones de aforo o entrada para los eventos, ni tampoco limitaciones de horario o grupos en hostelería. Ni siquiera se aconsejará el uso de mascarilla en el transporte público, de tal forma que sólo se mantendrán recomendaciones específicas para quienes no estén vacunados o presenten síntomas compatibles con la COVID-19, según ‘The Local’.
La Agencia de Salud Pública sueca, por su parte, ha abogado por una revisión a la baja de la peligrosidad de la COVID-19. La ministra de Sanidad, Lena Hallengren, ha anticipado que el Gobierno estudiará esta propuesta y que podría tomar medidas en marzo, a expensas no obstante de que luego el Parlamento avale la «reclasificación».