SpaceX lanzó su primera misión al espacio profundo hace casi siete años. Después de que la segunda etapa del cohete Falcon 9 completara un encendido prolongado para alcanzar una órbita de transferencia, el Observatorio Climático del Espacio Profundo de la NOAA comenzó su viaje hacia un punto LaGrange Sol-Tierra a más de un millón de kilómetros de la Tierra, informa arstechnica.com.
En ese momento, la segunda etapa del cohete Falcon 9 estaba lo suficientemente alta como para no tener suficiente combustible para regresar a la atmósfera de la Tierra. También carecía de energía para escapar de la gravedad del sistema Tierra-Luna, por lo que ha estado siguiendo una órbita algo caótica desde febrero de 2015.
A principios de este mes, Gray hizo un llamamiento a los astrónomos aficionados y profesionales para que hicieran observaciones adicionales sobre la trayectoria del artefacto. Con estos nuevos datos, Gray ahora cree que es muy probable que la etapa superior del Falcon 9 impacte en el lado oculto de la Luna, cerca del ecuador, el 4 de marzo.
Como el objeto está dando vueltas, es difícil predecir con precisión los efectos de la luz solar que “empuja” la etapa del cohete y, por lo tanto, produce ligeras alteraciones en su órbita. “Estos efectos impredecibles son muy pequeños”, escribe Gray. Pero se acumularán entre ahora y el 4 de marzo, y se necesitan más observaciones para refinar la hora y el lugar precisos del impacto.
Esta información permitirá que los satélites que actualmente orbitan la Luna, incluido el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA y la nave espacial India Chandrayaan-2, recopilen observaciones sobre el cráter de impacto. Con la misión LCROSS, la NASA impactó deliberadamente la etapa superior de un cohete gastado en la Luna en 2009 con este propósito. Aunque los científicos están más interesados ??en comprender la presencia de hielo en los polos lunares, poder observar el material del subsuelo expulsado por el impacto del cohete Falcon 9 aún podría proporcionar algunos datos valiosos.
La masa seca de la segunda etapa del Falcon 9 pesa unas 4 toneladas métricas y debería impactar en la Luna a una velocidad de unos 2,58 km/s.
Es probable que esta sea la primera vez que una pieza de hardware espacial golpea la Luna de forma no intencionada. Por lo general, durante las misiones interplanetarias, la etapa superior de un cohete se envía a una órbita heliocéntrica, manteniéndola alejada de la Tierra y su Luna.