James Roberts siempre fue un hombre exitoso en los negocios. Desde su juventud apuntaba maneras y con apenas 30 años dirigía su propia compañía. Sin embargo, un consumo reiterado de alcohol desmoronó poco a poco la vida del británico que en 2019 sufrió un batacazo: la quiebra de su empresa y una dependencia absoluta a la bebida.
En mayo de 2020, James ingresó en la clínica de rehabilitación de Delamere en Cheshire, cerca de su ciudad natal, Lymm. El programa requería un encierro de cuatro semanas y, desde su salida, el afectado asegura no haber recaído ni una sola vez. “No tengo fuerza de voluntad porque nunca pude dejar de fumar, pero con el alcohol sabía que no podía rendirme porque, de lo contrario, estaría muerto”, ha declarado al diario ECHO.
“Salí como una persona diferente, pero a día de hoy continúo trabajando todo los días en evitar la bebida”, agrega. Por ello, decidió abrir en el norte de Tenerife, concretamente en el municipio de Icod de los Vinos, la primera casa seca de Europa “donde los adictos en recuperación pueden disfrutar del sol, el silencio y las vistas”.
“Somos el único alquiler de vacaciones seco que conocemos en Europa”, cuenta James que, gracias a su experiencia personal, ayuda a otros afectados por el alcohol a irse de vacaciones sin la amenaza de la adicción.
Mediante DryHOLIDAYS, que es el nombre de su innovador negocio, busca abrir nuevas ubicaciones en destinos populares. Y es que, además de Canarias, el británico también cuenta con otro concepto de alojamiento en Escocia.