Su nombre es Javier, es gruista y lo tiene claro: no se bajará de la grúa hasta que le paguen las horas extras que le deben.
Dice cobrar 800 euros, que tendrían que ser sumados a otros 800 euros en horas extras, pero, según indica, la empresa, al indicárselo, le ha dicho que no se las pagarán, que «buscarán a otro».
Javier asegura que la solución que le queda es «ir al juzgado» para «esperar dos años» a cobrar, algo que no quiere, de ahí su acción de encaramarse a lo más alto de la grúa para no dejar avanzar la obra.
«Si todos hiciéramos lo mismo, todo sería distinto», dice.
Javier es mi nuevo héroe. Aitana, paga ya! pic.twitter.com/cl6AGqBfv1
— César Merino (@CsarMrino) November 18, 2022