El impacto emocional en tus recuerdos

Seguramente si te pregunto como fue tu primera vez, como fue tu noche de bodas o donde estabas el día que cayeron las torres gemelas, me darías una respuesta rápida casi sin pensar

Seguramente si te pregunto como fue tu primera vez, como fue tu noche de bodas o donde estabas el día que cayeron las torres gemelas, me darías una respuesta rápida casi sin pensar. Sin embargo si te pregunto que hiciste el Jueves pasado, apostaría que te tomarías unos minutos en recordar. ¿A que si? Lo cierto, es que nuestros recuerdos son muchos más fuertes y permanecen más tiempo en nuestra mente cuando los relacionamos con emociones fuertes. Por lo contrario, los pensamientos que no nos producen ninguna emoción, desaparecen pronto. Recordamos esos grandes o fatídicos momentos según la intensidad de las emociones que aparecen (alegría, pasión, ira, tristeza, ansiedad…) Y ¿que te quiero decir con esto? Que si entrenas tu mente puedes llegar a aumentar los recuerdos de grandes momentos y a no mantener los tormentosos. Cuando aparece un acontecimiento negativo solemos engordar el problema con pensamientos extremistas y exagerados lo que a su vez, aumenta el malestar que sentimos haciendo más difícil olvidar dicho suceso. Si observas a un deportista de élite, cuando comete un error intenta actuar como si nada hubiera pasado ¿Por que crees que lo hace? Pues tan simple como que cuanto más “drama” exteriorice a través de su lenguaje no verbal y más se sabotee mentalmente a través de la queja o el lamento, peores van a ser sus emociones y más probabilidad habrá de que condicione negativamente el resto de su juego.

1- De la misma manera que haces de un grano de arena una inmensa montaña, convierte un pequeño suceso en un gran acontecimiento. Aprende a jugar con tus emociones a través de un buen uso del pensamiento y a llegar a ilusionarte, incluso exageradamente, por nimiedades. No olvides que los recuerdos se asocian a emociones fuertes y que nuestras emociones dependen de nuestro pensamiento.
2- Ante un acontecimiento negativo, la mejor opción, por mucho que nos cueste, es mostrar la mayor indiferencia (tanto a nivel conductual como a nivel cognitivo). Es normal que cuando cometemos un error aparezca en un primer momento la frustración, pero si esta emoción va acompañada por un golpe en la mesa y un pensamientos destructivo tipo: “como me pude equivocar en esa estupidez”, “soy tonto”, “no lo voy a conseguir jamás”, lo único que conseguiremos es magnificar las emociones incómodas, por lo tanto, ese acontecimiento pasará a convertirse en un recuerdo desagradable de los que permanecen en el tiempo.

3- Las emociones que sentimos no son ni positivas ni negativas. Somos nosotros, a través de nuestro pensamiento los que le damos el significado. Recuerda que no nos afecta lo que sucede sino como interpretamos lo que nos sucede. Esto no quiere decir que con un pensamiento positivo estemos vacunados del dolor que todos sentimos ante un golpe de da la vida, pero si podemos modular la intensidad de esa sensación.

Recuerda, la mejor opción para que un acontecimiento no nos marque negativamente de por vida es mostrar la mayor indiferencia y darle la menor cavidad posible a las emociones incómodas que aparezcan. De esta manera, no alimentaremos las sensaciones desagradables y no se convertirá en un recuerdo fuerte y perdurable en el tiempo.

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