¿Conoces tu destino?

Cada día nos levantamos con una misión que, en ocasiones, nos resulta ajena porque no somos capaces de interiorizarla. Nuestra vida se centra en realizar cada vez más esfuerzos con el fin de alcanzar una nueva meta que nos haga sentir que nuestra vida tiene sentido.

Cada día nos levantamos con una misión que, en ocasiones, nos resulta ajena porque no somos capaces de interiorizarla. Nuestra vida se centra en realizar cada vez más esfuerzos con el fin de alcanzar una nueva meta que nos haga sentir que nuestra vida tiene sentido. Queremos ser personas de éxito y a veces sentimos que sólo somos capaces de cubrir las necesidades básicas de nuestra familia. Y eso, claro está, si eres afortunado. Pero seguimos creyendo, equivocadamente, que el éxito en la vida se mide por el axioma tanto tienes tanto vales o, incluso, que los modelos de éxito con los que convivimos se basen en la antigua idea de ser famoso o famosa por un día.
Cada día esta lucha constante nos afecta, ya que disminuye nuestra salud e hipoteca nuestro bienestar. Así el estrés, la ansiedad y el miedo al fracaso lo cubren todo poco a poco. Incluso sacrificamos nuestro tiempo y el de nuestras familias por un objetivo: lograr el éxito frente a cualquier otra meta.

Sin embargo ese modelo de éxito está reñido con los objetivos vitales básicos de toda persona. Por un lado está el simple hecho de sobrevivir, englobado en lo que yo llamo “generar todas aquellas herramientas que me permitan poner las bases que me ayuden a realizarme como persona”. El segundo objetivo, claro está, es el que priorizamos por encima de cualquier otro la gran mayoría de nosotros: la felicidad.

Pues resulta que cuando hablamos de este objetivo básico en todas las especies, como es el de sobrevivir, podrás decirme que nuestra jungla particular está diseñada para que sobrevivan los más fuertes. Son los que responden a ese modelo de éxito que definíamos con anterioridad. Y yo te diría: ¿Cristiano Ronaldo, Messi, Justin Bieber o Adele responden realmente a ese modelo? Y, por otro lado, ¿por qué no tus padres, tus abuelos o el de la tienda de frutas de la esquina no responden a ese modelo de éxito en la vida que buscamos?

No te estoy planteando que el éxito sea negativo. Más bien me gustaría hacer hincapié en que debe ir dirigido a dar respuesta a tu propio plan de vida, respondiendo a tus necesidades personales y a tus fortalezas, lo que, sin duda, lo dirige a dar sentido a tu vida. La persona en sí es la única protagonista de su propia historia, es decir, de potenciar su bienestar y felicidad, a través de logros que responderán a su plan de vida y desempeñando sus funciones de ser su propio constructor. Eso pone en tus manos el arma más hermosa que toda persona puede plantear y que no es otra sino elegir tu proyecto de vida acorde a ti mismo. Ello te hace responsable de tu destino.
*Psicólogo y miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva
@jriveroperez

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