Bacterias

La Organización Mundial de la Salud dio a conocer los pasados días un informe preocupante para los humanos: doce familias de bacterias pueden actuar contundentemente

La Organización Mundial de la Salud dio a conocer los pasados días un informe preocupante para los humanos: doce familias de bacterias pueden actuar contundentemente. Se trata de unos microorganismos de suprema peligrosidad, tanto que a partir de 2050 matarían a unos 10 millones de personas al año, cerca de tres puntos más que el cáncer. Esos peculiares entes mutan para hacerse inmunes a los antibióticos de alta gama. Lo que la OMS manifiesta es que los biólogos, farmacéuticos y químicos han de ponerse ya a trabajar en búsqueda de nuevos venenos sofisticados y que sean efectivos, porque si no la humanidad se verá abocada a catástrofes similares a las de la peste.

El asunto nos pone a recapacitar, sin embargo. ¿Cómo funcionan los designios de la suprema inteligencia universal? Acordamos que existen los minerales, las plantas, los animales, los hombres, los átomos, las células… las estrellas, las galaxias, el firmamento…, por eso que algunos llaman “divina” perfección. El mundo se sostiene por las ilustres matemáticas. El más ligero desajuste hubiera dado con la ruina de todo lo que subsiste. Por lo cual anunciamos: las bacterias matan, pero no son seres inmisericordes, perversos y malignamente asesinos, como los humanos. Se sabe que somos los únicos seres vivos del mundo que exterminamos gratuitamente. Las bacterias no; se adhieren a nuestro cuerpo como modo de supervivencia, cual practican los leones con las gacelas o los osos con los salmones. ¿Qué aducir? ¿Han de exterminarse?

Recuerdo una película al respecto, Alien. El bicho que la compañía tal fue a buscar por motivos de guerra, no ataca a los hombres de manera indiscriminada. Precisa a un viviente para introducir su feto y sobrevivir. En la tercera entrega vimos una contraposición impar: Ripley (Sigourney Weaver) al cuidado de su niña, para protegerla y salvarla; el alien hembra al cuidado de su criatura para lo mismo.

La cuestión que se dirá es que para el caso los humanos somos los que ponemos las condiciones, por nuestra importancia y por la capacidad de dominio. Lo que la suprema sabiduría nos hace ver, empero, es que entidades microscópicas, de nombres raros como Acinetobacter baumannii o Pseudomonas aeruginosa, lo que hacen es actuar en defensa propia para librarse de la muerte.

¿Dónde el equilibrio? Pregunta sin respuesta, porque somos mortales, sujetos de la incertidumbre, y acaso sea una de esas bacterias lo que nos mate.

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