Rowan Martin es una persona libre… al menos durante una semana más. El deportista grancanario, especialista en jiu jitsu brasileño y artes marciales mixtas, debía entrar ayer en prisión para cumplir tres meses de pena por propinarle un cabezazo al presunto agresor sexual de su hijo y de uno de sus sobrinos. Para Rowan Martin casi no habrá tregua en estos siete días. Deberá preparar junto a su abogado la mejor apelación posible para que su caso, pese al tremendo apoyo popular que ha tenido, no le lleve a la cárcel.
El deportista grancanario es un viejo conocido de los aficionados tinerfeños a las modalidades que practica desde hace años bajo la tutela de Juanky Sosa en la Taz Academy. Y es que Rowan formaba parte de aquella legión de luchadores grancanarios que desembarcaban en Tenerife a mediados de la pasada década para mostrar que en el jiu jitsu brasileño le llevaban años luz a la delegación tinerfeña. En aquel equipo, junto a Rowan Martin, destacaba gente como Rayco Cubas o Jonathan León, con los que formaba una tripleta que difícilmente encontraba rivales a nivel regional y que pronto dio el salto al profesionalismo dentro de las artes marciales mixtas. Más de diez años después, Rowan Martin se enfrenta a otra batalla, esta vez fuera del cuadrilátero, lejos del octógono, alejado del tatami, los lugares donde mejor se desenvuelve. Y es que en 2013, mientras él y su familia descansaban tranquilamente en un camping del sur de Gran Canaria y su hijo y su sobrino estaban bajo la tutela de un joven vecino, surgió un caso de presuntos abusos sexuales que acabó en los tribunales. El juez absolvió al presunto agresor debido a que las pruebas obtenidas, pese a que eran bastante evidentes, habían sido obtenidas de manera ilícita, según consideró la justicia en aquel momento.
Rowan entró en una fuerte depresión producto de un complejo de culpabilidad que le obligó a medicarse y le alejó de sus queridos deportes justo cuando estaba en su mejor momento. No se rindió, decidió luchar por su familia y en esa lucha se encontró por la calle con el presunto agresor sexual, al que agredió con un cabezazo.
Al tiempo le llegó la denuncia y le cayeron tres meses de prisión que debían empezar a cumplirse ayer y que, de momento, tendrán que esperar una semana más para empezar a pagar por una pena que no le da miedo. “Yo lo único que he hecho ha sido defender a mi familia”, es lo que el deportista grancanario esgrime ante la enorme masa popular que le ha apoyado en estos días tan duros.
Y es que han sido más de 3.500 las firmas recogidas para que Rowan pueda tener una segunda oportunidad y no se vea obligado a dejar a su familia durante los próximos 90 días. Rowan ha retomado su carrera deportiva con éxito, ha conseguido encaminar esa ira que sigue sintiendo hacia el presunto agresor sexual de sus familiares gracias a las artes marciales mixtas en las que se volcó, y donde encontró el inmenso apoyo de sus compañeros del día a día.
El deportista grancanario vuelve a contar los días, las horas, los minutos y los segundos. El próximo martes vuelve a tener la misma cita que le aplazaron ayer, pero, lejos de asustarle, reconoce que la prisión “no es el mayor de mis miedos”. Su principal temor es que le vuelva a ocurrir algo a sus seres más queridos. “Mi único delito ha sido defender a mi familia, de eso sí que soy culpable”.
De la UCI y el coma al Road To Bellator
Nada ha sido fácil en la vida de Rowan Martin. Hace pocos años, un virus le tuvo en coma, casi al borde de la muerte, luego le postró en una silla de ruedas y le obligó a pasar por quirófano para quitarle casi un metro de intestino. Unas 42 pastillas al día y la enfermedad de Crohn fueron la herencia, pero su poder de superación le llevó a regresar a los entrenamientos hasta protagonizar una rápida victoria por finalización en su combate de Road to Bellator.
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