El envite del moro

“No incluiremos productos procedentes de territorios saharauis en el tratado de libre comercio con Marruecos pues se trata de una zona pendiente de descolonización

“No incluiremos productos procedentes de territorios saharauis en el tratado de libre comercio con Marruecos pues se trata de una zona pendiente de descolonización. El Sahara es la última colina vigente y debe abrirse un proceso de autodeterminación para su población 25 años después”. Declaraciones [ambas] atribuidas a congresistas demócratas de los EE.UU que vienen a poner en jaque el habitual idilio entre Rabat y Washington.

Marruecos es un aliado fundamental en la contención y lucha contra el integrismo. Alfil al que La Casa blanca ha dado prioridad absoluta incluso por encima de España. Pero algo está cambiando. La falta de voluntad para buscar una salida a la situación en el Sahara [ocupado] ha hecho que empiece a quedarse sólo en sus tesis y que la escalada de tensión esté incrementándose.

Rabat suspira por un triunfo republicano en los EEUU que refuerce los lazos entre ambos países y desoiga las “pataletas” relacionadas con los derechos humanos que tanto “ponen” al demócrata. De manera análoga a Israel, el privilegio de Marruecos es directamente proporcional al termómetro de la amenaza terrorista. A más miedo más hará valer su imperiosa necesidad como aliado regional. Así de simple. Si al Kennedy negro – entiéndase Mr Obama bounty chocolat en argot republicano – le sucede Hillary y triunfa el soft power, habrá nerviosismo pues son ya varios los congresistas demócratas que acusan a la monarquía alauita de falta de voluntad.

Por otra parte, el interés de Washington hacia Argelia – estado primordial para dar equilibrio al Magreb – es visto con preocupación en el Reino Alauí. El panorama se complicaría aún más pues la carrera hacia La Casa Blanca podría coincidir con la renovación de la misión de Naciones Unidas para el Sahara; la MINURSO. Equipo de observadores internacionales con los que Marruecos tiene una relación especialmente áspera. Un horizonte apasionante para los que seguimos el proceso y esperanzador para las tesis saharauis. Tristemente, esto en España importa poco o nada…Somos un estado indolente con su historia más inmediata; tenemos lo que nos merecemos pues. Las cartas se le complican a Mohammed VI; el moro se tira un envite pero sabe que la mano se juega al otro lado del atlántico y no precisamente en Las Vegas.

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