Tiempo de cambios

El sentido del viento viró y una ligera brisa movió el olivo en otra dirección. No lo esperaba y llegó la lluvia para refrescar lo que las ideas no pudieron resolver

El sentido del viento viró y una ligera brisa movió el olivo en otra dirección. No lo esperaba y llegó la lluvia para refrescar lo que las ideas no pudieron resolver. Fue el agua, y no otra cosa como él creía, la que obró aquella causalidad prodigiosa; no siempre la vida te devuelve lo que ya no tenías. A través de la ventana vió llegar su infancia envuelta en un torbellino de emociones y recuerdos. De pronto, sin ser esperado, regresó a aquellas vivencias de volcán y mar. Algunos fueron los veranos de risas despreocupadas, de inquietudes precoces, de amor sin medida por un futuro impredecible. Todo eso de golpe volvió a impactar directo, diáfano, limpio. Jamás pensó que volvería a sentir aquellas primitivas sensaciones. Sin embargo, la palabra transformó la pesadez de la monotonía diaria, una imagen contagió muecas de complicidad.

Después de veinte años es tiempo de boleros y mientras prepara un té, canta en un leve bisbiseo: “si las cosas que uno quiere / se pudieran alcanzar”. No deja de sonreír abiertamente y el día luce de otra manera. Entre cánticos se recrea en algunos recuerdos despreocupados que brotan sin control en su cabeza. Su cara de asombro revela la sorpresa que le produce su capacidad para rememorar, los caminos de la mente son tan retorcidos… Estaba convencido de que tenía todo en orden y sin embargo esta experiencia había logrado sacudir los cimientos más estables. “Nada es lo que parece”, pensó con acierto mientras se daba cuenta de que había construido una vida entre arenas movedizas.

El precipicio de las primeras conclusiones generó vértigo, pero no se dejó vencer. Tenía el material perfecto para volver a empezar de nuevo si fuese necesario. En el origen encontró la clave cubierta de salitre y jable. Todo tenía sentido si era capaz de agarrarse al niño que fue, ese, jamás le engañaría. Se dejó seducir por su sonrisa de antaño, por los pelos revueltos y los cuerpos al sol. Consiguió ser el mismo volviéndolo a ser. Se armó de valor, y mirando al horizonte, desplegó alas y echó a volar.

@cesarmg78

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