Qué Carnavales aquellos… (V)

Lo dije semanas atrás: el único acontecimiento que me sigue interesando de estas fiestas es la elección del Príncipe del Carnaval, que conserva genuinamente el sabor de los Carnavales de antaño

Lo dije semanas atrás: el único acontecimiento que me sigue interesando de estas fiestas es la elección del Príncipe del Carnaval, que conserva genuinamente el sabor de los Carnavales de antaño. Les cuento cómo nació este acto y comprenderán que es un fiel reflejo del sentido del humor carnavalero, típico de nuestra ciudad. Corrían los Carnavales de 1989, cuando una noche -como era habitual-, el fotógrafo de esta casa Pedro Peris, al terminar su trabajo en el periódico, se reúne en el bar Gran Vía (en el antiguo edificio del Baudet) con dos compañeros, Rubén Díaz y Antonio Arozena, y con otro amigo, Nicolás Álvarez. El local estaba decorado con posters de las reinas del Carnaval. Peris enseña una foto de Mario el Ignorante con el disfraz de almirante de la rondalla de la Peña del Lunes. Escribieron en una servilleta de papel “Príncipe del Carnaval 1989” y de vacilón, con dos chinchetas, lo clavaron en la pared junto a las reinas. La quedada venía porque el Ayuntamiento invitaba y le daba mucho bombo al Príncipe del Carnaval de Düsseldorf. Y… ¿cómo iba a tener Düsseldorf un Príncipe del Carnaval y nosotros no? A partir de ese momento decidieron reconocer, año a año, a los personajes del Carnaval. ¡Sin apoyos! ¡Como fuera! Llevan 28 ediciones y ese título, aparte del pionero Mario el Ignorante, lo han ostentado personajes como Sergio Méndez (JR), Francisco la Lecherita, Harpo, Charlot, Vadita (bailarina en patines), Cantinflas, El Señor de la Palmatoria, Doña Croqueta, Don Quijote, Miss Peggy, Fidel Castro, Don Ciruelo, El Cura del Carnaval, Miguelito el Mudo, Popeye, Abraham Lincoln y un largo etcétera. Gente que se disfraza todos los años y, además, siempre caracterizados del mismo personaje. La gala de entrega del premio es de las cosas más divertidas que se han hecho en el Carnaval. ¡Imagínense todos esos personajes juntos! Un año, mi hermano Fernando llevó a su cuñado Pedro, que llevaba poco tiempo en la Isla. Y como no lo conocía nadie, lo presentó a todos como el Príncipe del Carnaval de Düsseldorf. Todo el mundo hablándole por señas y en voz alta, como se les suele hablar a los extranjeros. Pedro estuvo toda la noche sonriendo, sin articular palabra y asintiendo con la cabeza. Este evento al final ha quedado, dentro del Carnaval, como esas reservas indias, que aunque se intentan preservar, siempre viven amenazadas por la evolución y el progreso, y que cuando las visitas, empiezas a ver a sioux hablando por el móvil o jugando a la Play. No sé lo que durará. A lo mejor por eso, este año el reconocimiento ha sido para mi amigo Chichi Medina el Indio del Carnaval de Tenerife.
Deja ver…

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