Qué Carnavales aquellos… ( VI)

Tras varias semanas, llegamos a las conclusiones sobre en lo que han terminado siendo, aquellos carnavales que tanto nos gustaban y nos divertían

Tras varias semanas, llegamos a las conclusiones sobre en lo que han terminado siendo, aquellos carnavales que tanto nos gustaban y nos divertían. Pues como dice mi amigo Zenaido, al final, son unas Fiestas del Cristo pero… a lo bestia. Sí, esa es la gran verdad. Mucha gente y poco espíritu carnavalero. Pocos son los que se disfrazan y se han perdido las señas de identidad características. Ya nadie dice aquello de: “¿Me conoces mascarita?”. Han desaparecido lugares emblemáticos donde transcurría el Carnaval: los bailes del Palais Royal, del Guimerá o en la Plaza del Príncipe… El “circuito” que suponía las calles del Castillo, San José y Villalba Hervás… Bares como Manolo el Gallito, el Cuatro Naciones (después Corinto) o la terraza del hotel Plaza… Ahora dicen que el Carnaval se desarrolla en los “kioscos”. Si, pero sin personalidad. ¡Como las Fiestas del Cristo! En mi memoria se agolpan recuerdos carnavaleros. ¡Cuando se recuperó el Entierro de la Sardina! Fue a principio de los 80. Lo organizaba la Ni Fú Ni Fá. Yo estaba rodando una película y me traje prestados del rodaje, unos trajes de monja con los que dejamos a la gente alucinada. Al año siguiente, le encargué al mismo sastre, un traje de cardenal y ocho de novicias. Recuerdo que durante el recorrido, al llegar a la Plaza Weyler frente a Capitanía, mandé a ponerse todo el mundo de rodillas y rezamos un rosario con misterios tipo: “Simón Sirineo se casa con la Magdalena” o “Judas se gasta las 30 monedas en el Cabaret”. Eso motivó que este diario publicara una foto mía, de ese momento, con un pie de foto que decía: “Escenas como esta, no deben repetirse” ¡Qué error! ¡Eso era Carnaval! Lo que no es Carnaval, es lo de ahora. Deja ver…

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