Cómicos y Panamá

Los cómicos aprovechan la gala de los Goya para lograr su minuto de gloria poniendo a parir al Gobierno que subvenciona sus horrorosas películas con nuestros impuestos

Los cómicos aprovechan la gala de los Goya para lograr su minuto de gloria poniendo a parir al Gobierno que subvenciona sus horrorosas películas con nuestros impuestos. A esa Gala no va el presidente del Ejecutivo, sólo acude la oposición, que es jaleada, y algún ministro de compromiso. A los cómicos les da igual que a Pablo Iglesias, que va allí de smoking y a ver al rey en mangas camisa, le pague sus campañas el chavismo; también les importa poco que el tal Sánchez, de corbata roja, se arrastre ante Podemos para poder cobrar la pensión vitalicia de presidente, aunque sea por un día. Y le aplauden. En sus discursos, los cómicos de la izquierdona aprovechan el micro para hacer un chascarrillo con el ministro allí sentado, generalmente el de Cultura, que por dentro se está cagando en las madres que parieron a los del escenario y en la de quien lo mandó allí. Yo he tomado una decisión: no voy a ver ninguna película firmada por uno de estos carroñeros ideológicos, marxistas de pacotilla e izquierdosos de pose, que cuando ven un duro de subvenciones se lanzan a por él como buitres leonados y que incluso son capaces de trucar, engordándolo, el número de entradas vendidas para cobrar la más sustanciosa subvención. Que se jodan. Además, cuando conozcamos más nombres de las listas panameñas verán ustedes que varios de estos pontífices de la libertad aparecerán, inscritos ellos con letras de dólares. Que aquí no hace falta tumba del soldado desconocido, que aquí nos conocemos todos. Yo no voy a ver esas mierdas de películas producidas con mi dinero. Con sus honrosas excepciones.

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