La línea sucesoria

El PP canario ha aclamado a Asier Antona como sucesor de Soria; una aclamación que es más un homenaje al caído que un refrendo al nuevo, pero vale

El PP canario ha aclamado a Asier Antona como sucesor de Soria; una aclamación que es más un homenaje al caído que un refrendo al nuevo, pero vale. Soria, injustamente tratado por el destino y por su partido, está más o menos animado en su incorporación a la vida vamos a llamarla civil. La política es ingrata con los buenos y favorece a los malos. Como casi todo en la vida. Nos hemos inventado otra vida para consolarnos de que las putadas que recibimos aquí nos las devuelven en dones allá, pero seguramente todo es mentira. Para qué entrar en detalles. Otra vez, el destino nos conduce a unas elecciones inciertas, en donde los analistas dicen que se moverá poco el resultado anterior, pero yo estoy seguro de que están equivocados. Yo creo que los imbéciles no pueden ser premiados y que el PSOE tiene que quitarse de en medio al suyo para volver a ser el PSOE. Y que Podemos no irá a ningún lado insultando a los periodistas, que le han ayudado a existir. Y que el imitador malo de Adolfo Suárez, el pequeño Rivera, es un bluf. Y que Rajoy, para bien de la derecha, tiene que retirarse y llevarse con él a todos sus mentecatos. No sé, les harían un gran favor a los ciudadanos, a los pequeños empresarios que ya no pueden más y al universo de las ideas. Porque a ellos no les queda ninguna. Pero yo iba a hablar de la línea sucesoria del PP canario, que se ha cumplido inexorablemente. Asier es ya don Asier. Y todo el mundo callado, porque quien hable no sale en la foto. La política es así, hermano.

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