Marjaliza al juez: “Entiendo que Paco (Granados) tiene dinero oculto como yo lo tenía”

El exsocio del cerebro de la “trama Púnica” Francisco Granados, David Marjaliza, dijo juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que cree que   el exsecretario del PP en Madrid tiene “dinero oculto” igual que él lo tenía, procedente de las comisiones que cobraba por la gestión del suelo y otros negocios en diferentes municipios. “No sé si se lo ha gastado todo o no se lo ha gastado”.

A lo largo de su declaración judicial, prestada a mediados del mes de junio de 2015, Marjaliza reconoce que cabe la posibilidad de que Granados escondiera parte de su dinero en lugares como la casa de sus suegros -de hecho la UCO de la Guardia Civil encontró un millón de euros en un altillo en el dormitorio de los padres de su mujer- o en casa de amigos de confianza como era Jesús Moreno, hermano de José Miguel, quien le sucedió en la alcaldía. “Paco (Francisco Granados) era muy hermético, intentaría llevárselo fuera”, señala en un punto de su confesión.

Entre los posibles lugares donde Granados podría ocultar el dinero obtenido en comisiones ilegales, Marjaliza cita la casa de los familiares de su esposa o incluso en la de los padres de Jesús Moreno, con quien “salía de copas” y tenía gran confianza. “Repartido en algún lado lo tendría”, añadió al juez. Estos lugares fueron registrados tras recibir el juzgado una nota anónima al respecto.

RETORNO DEL DINERO SUIZO

Además, Marjaliza relata como, tras llegar a la consejería de Justicia y Presidencia, Granados se “agobió” por la existencia de la cuenta que tenía en Suiza con casi un millón y medio de euros y, tras rechazar el banco el cierre de la cuenta, pactaron que él se quedaría con el dinero traspasando la cantidad del banco BNP suizo al UBS.

Marjaliza le devolvió parte en metálico y la otra mediante un sobreprecio de 60.000 euros que pagó al comprar tres parcelas Granados heredó de su padre y que recalificó. Su socio pagó por cada uno de estos tres terrenos 360.000 euros.

La parte en metálico se la fue entregando, poco a poco, a su jefe de gabinete Ignacio Palacios, quien era además la persona que le llamaba para recordar el momento de realizar los pagos. Reconoce que no hay testigos de estas entregas, si bien reconoció en el juzgado su conductor podría declarar que él salía de su oficina con un paquete y, tras reunirse con Palacios, volvía a entrar en el coche sin él.