¿Poncho o sombrero?

Luna o sol, cactus o palmera, zapato o chola. A cuenta de los carteles cada vez más indescifrables que cuelgan en los baños para indicar si hombres o mujeres, alguien se quejaba en un monólogo porque en ocasiones lo ponen imposible. ¿Y yo qué soy, poncho o sombrero?, se preguntó frente a las puertas de los servicios. Así está el PSOE, preguntándose si es montaña o playa, coche o bicicleta, poncho o sombrero. Estén o no algo domesticadas algunas encuestas, coincida mucho o bastante menos lo que cuentan con lo que dirán las urnas, los errores del PSOE lo tienen con el susto en los talones. Algún sondeo hay que ponerlo en cuarentena, sí, pero las coincidencias cuentan que la tendencia sopla a favor de los de Iglesias. Acaben los socialistas por delante o detrás, segundos o terceros, crece la percepción de que en la calle el PSOE está perdiendo la condición de alternativa. El PP se lo ha currado -Podemos es, en origen, su criatura- y los socialistas circulan con una rueda pinchada, Sánchez lo es. Así es complicado competir. Susto o muerte. Abstenerse para que eche a andar la legislatura con un gobierno del PP, ¿a corto o medio plazo para el PSOE es susto o muerte?; abrir las puertas a un acuerdo con Unidos Podemos, ¿a corto o medio plazo es susto o muerte? Puede que los fieles salgan al rescate del PSOE en el último momento, pero que especialmente los jóvenes vean en Podemos la alternativa a todo lo que el PP representa sitúa a los socialistas ante una noche electoral tirando a dramática, en la que además tendrán que averiguar qué es susto y qué es muerte, luna o sol, zapato o chola, con el PP o con Podemos, poncho o sombrero.