21 horas con Obama

La gente con obligaciones de Estado viaja siempre muy deprisa. Obama vino a España 21 horas, a echarle una mano a Rajoy y a confirmar que este país, el nuestro, es un buen aliado de los Estados Unidos

La gente con obligaciones de Estado viaja siempre muy deprisa. Obama vino a España 21 horas, a echarle una mano a Rajoy y a confirmar que este país, el nuestro, es un buen aliado de los Estados Unidos. No se oculta que vino a deplorar los populismos y a cubrir el expediente con entrevistas exprés con los opositores, como es norma de la casa. El rey y Rajoy lo pusieron al corriente del disparate nacional, aunque ya se sabe que el Departamento de Estado tiene la mejor información de cualquier país, enviada constantemente por la CIA y las embajadas. Obama no fue a Sevilla porque los sucesos de Dallas no estaban como para pasear en calesa por el barrio de Santa Cruz. Se fue cagando leches, tras saludar a los mandos de la base gaditana de Rota. Se le multiplica el trabajo al presidente con el brote racista en su país. Parece mentira que una guerra civil, como la que se libra en los Estados Unidos, dure tantos años; a este paso va camino de los 200. Obama fue para Sevilla como Mr. Marshall, pero volverá. Un día paseó con su mochila por la Plaza Mayor madrileña, siendo un joven estudiante. Y se quedó prendado de España. Volverá como ciudadano normal, aunque un ex presidente USA nunca será un ciudadano normal. Siempre tendrá al lado al Servicio Secreto. 21 horas permaneció Obama en España. Ni siquiera llegó su estancia a un día completo. Pero el viaje tiene muchos significados, entre ellos el apoyo a un duradero Gobierno en funciones, que ha sido leal con los Estados Unidos. En fin, otra vez será para Sevilla, que tiene un color especial que Obama no pudo percibir; quizá sí desde el aire.

TE PUEDE INTERESAR