“Nos enviaron a La Palma para mayor seguridad del coronel Argoud; a él lo vigilaba la Policía Secreta”

Benito Díaz perteneció a la Policía Armada en La Palma y participó en la custodia de los mandos de la OAS (1961)
FOTO: ANDRÉS GUTIÉRREZ
FOTO: ANDRÉS GUTIÉRREZ

Era prácticamente el primer servicio de importancia que prestaba en lo que luego se convirtió en una larga carrera profesional, primero en la Policía Armada y luego en el Cuerpo Nacional de Policía tras la fusión con la Policía Nacional. Fueron unos meses en La Palma distintos a lo habitual, bien remunerados y sin excesivo trabajo, aunque tanto él como sus compañeros sabían de lo especial que resultaba aquel cometido. Un trabajo publicado reciente por dos investigadores palmeros, Manuel Garrido y Jesús Manuel Lorenzo, a cuenta del confinamiento en la Isla Bonita del coronel Antoine Argoud y de otros mandos de la OAS (Organización del Ejército Secreto, por sus siglas en francés Organisation de l’Armée Secrète), dan especial relevancia al testimonio que hoy brinda a DIARIO DE AVISOS este vecino de la Cruz del Señor, Benito Díaz Rodríguez (Sardina del Sur, Gran Canaria,1932). A pesar de que intenta quitar importancia al asunto, la lucidez y conocimiento que se desprenden de sus palabras dan mayor realce al relato.

-¿Ya estaba destinado en La Palma cuando llegaron los mandos de la OAS o fue enviado ex professo a vigilar a Argoud y sus compañeros?
“Fuimos destinados expresamente a La Palma por esta causa. Hace mucho tiempo de aquello y entienda que mis recuerdos tienen un límite. Ni me acuerdo si fuimos diez o doce… Pero entiendo que no fuimos a vigilar al coronel Argoud sino más bien diría que a velar por su seguridad”.

-¿Y eso?
“En esa época, la dotación policial en La Palma era muy escasa, así que nos enviaron de refuerzo para la seguridad ciudadana. Nuestra misión tenía un objetivo claro: que se viera que había custodia policial. Nos relevábamos para hacer guardia en el puerto y en el hotel donde se alojaba, el Mayantigo, que era el mejor de la Isla entonces”.

-¿Tenían órdenes específicas de evitar que el coronel Argoud y los demás miembros de la OAS abandonasen la Isla?
“En absoluto. Nuestras órdenes eran velar por la seguridad ciudadana, como le dije antes”.

Policía armada que participó en la custodia de los mandos de la OAS (1961)
Policía armada que participó en la custodia de los mandos de la OAS (1961)

-¿Se les indicó que informasen sobre las actividades de tan ilustres visitantes?
(Sonríe) “¿Si teníamos órdenes de espiarles? No. No teníamos órdenes de eso ni de vigilarles especialmente. De eso se encargaba el hermano cuerpo superior…”.

-¿A qué se refiere?
“A la Policía Secreta. Nosotros los llamábamos así, no sin cierta socarronería… Las relaciones entre unos y otros eran, digamos, peculiares… Ellos se sentían superiores a nosotros y, claro, había su rivalidad… Por lo que me pregunta, del coronel Argoud se encargaban ellos. Había un oficial que no se separaba de él”.

-Y, sin embargo, Argoud logró escapar de La Palma unos meses después. ¿Cree que se trató de una fuga consentida o que logró eludir a la Policía Secreta?
“No sé con certeza lo que pasó porque no era mi cometido ni el de mis compañeros, pero cuesta creer que lograse eludir la vigilancia que tenía porque, insisto, no se separaban de ellos en ningún momento”.

-¿Qué recuerdos tiene de Santa Cruz de La Palma en 1961?
“Un lugar muy bonito y muy muy tranquilo, centrado en una calle. Para nosotros fueron unos meses estupendos porque las dietas eran de 1.000 pesetas cada diez días, una cantidad importante que incluso se notaba entre los negocios de la zona cuando llegaba el día de cobro. Recuerdo que fui al cine con una novia que me salió allí, la hija del maestro. Si la memoria no me falla, vimos Los diez mandamientos”.

-Dice que estuvo solo unos meses pero el resto de mandos de la OAS permaneció más tiempo en La Palma ¿Fue relevado por otros compañeros o simplemente terminó la misión?
“Cuando se marchó el coronel Argoud se acabó la misión y nos devolvieron a nuestros destinos habituales. Parece evidente que lo que importaba era la seguridad de este señor y su familia, y por eso nos enviaron a La Palma”.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]La OAS, la guerra de Argelia, Franco, De Gaulle, Chacal… y La Palma
El coronel Antoine Argoud y otros mandos de la OAS llegaron a La Palma el 18 de octubre de 1961 tras el acuerdo alcanzado entre la España de Franco y la Francia de De Gaulle, dentro del contexto de la guerra de Argelia, a cuya independencia se oponían estos militares galos. Cuenta el estudio adelantado el pasado domingo por David Sanz en este periódico que la estancia de Argoud y los suyos en la Isla Bonita forma parte de la escalada violenta de aquellos días, y que es muy probable que el atentado que casi le cuesta la vida al entonces presidente de la República francesa bien pudo idearse durante aquellos plácidos meses en Santa Cruz de La Palma. Con posterioridad, la novela de Frederic Forsyth (El día del Chacal, 1971) y la película de Fred Zinnemann con el mismo nombre (1973) inmortalizaron aquel frustrado magnicidio. Finalmente, Argoud fue arrestado y condenado a cadena perpetua para ser liberado un lustro después por la amnistía de 1968 [/su_note]

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