Normalidad

El entonces ministro José Manuel Soria dimitió el pasado mes de abril por los llamados papeles de Panamá, que descubrieron una sociedad mercantil suya en la isla de Jersey

El entonces ministro José Manuel Soria dimitió el pasado mes de abril por los llamados papeles de Panamá, que descubrieron una sociedad mercantil suya en la isla de Jersey. No se le ha probado ningún ilícito ni penal ni civil, y la sociedad existió hace años y fue consecuencia de las actividades comerciales de su familia. Pero negó su existencia y mintió reiteradamente, lo que le obligó a renunciar y supuso el presumible final de su carrera política. Pues bien, nada menos que el pasado viernes, cuando Mariano Rajoy perdía su segunda votación de investidura, al ministerio de Economía no se le ocurrió otra cosa que hacer pública la propuesta del ex ministro canario para ocupar la plaza de director ejecutivo del Banco Mundial que le corresponde cubrir a España. Es obligado reconocerle al presidente en funciones un muy especial sentido de la inoportunidad y una sobresaliente capacidad para crearles problemas a los -muy numerosos- militantes y votantes de su partido. La propuesta de Soria tuvo el insólito efecto de atemperar la imagen de unidad que el Partido Popular pretendía ofrecer con la reunión de su Comité Ejecutivo el sábado posterior a la investidura fallida. El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, declaró que su opinión sobre Soria es “manifiestamente mejorable”. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pidió que lo explicaran “quienes lo han nombrado”.

Y el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que, en equipo con la madrileña, sería el sucesor ideal de Rajoy, ha reconocido que la propuesta puede ser “difícil de entender para mucha gente” y que ve “imprescindible” que el ministro de Economía proporcione “explicaciones adicionales” en el Congreso. No obstante, insistió en que no puede cuestionarse lo ocurrido “desde el punto de vista legal”. “Lo que se discute es una cuestión de oportunidad”, agregó.

A su vez, Rajoy, con su habitual estilo, ha reiterado la defensa de su propuesta: “Soria es un funcionario y ha concursado a una plaza a la que tiene derecho. No tengo más que añadir”, declaró. El presidente en funciones también aseguró desconocer si Soria iba a renunciar tras la polémica surgida, y concluyó: “Aquí todo el mundo me pregunta por esto; no es normal”. Ahora, Soria ha renunciado “a petición del Gobierno”.

Se ve que los que no son muy normales son el propio Rajoy y su gente. Porque no es muy normal ser tan irresponsables y prepotentes.

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