CC.OO. tiene el doble de afiliados en Canarias que todos los partidos juntos

La confederación sindical conmemora los 40 años de la histórica asamblea con una campaña que se prolongará hasta abril de 2017

La confederación sindical de Comisiones Obreras conmemora sus cuarenta años con una campaña que se prolongará hasta abril de 2017, cuando se cumplirán cuatro décadas de la legalización, para reivindicar la contribución a las “conquistas democráticas”. Tras un largo recorrido histórico, la asamblea de Barcelona, el 11 de julio de 1976, germinó la estructura orgánica de la central y en junio de 1978 se celebró el congreso inaugural. El regional de Canarias se desarrolló los días 28 y 29 de octubre en la Casa Sindical de Santa Cruz de Tenerife. Hoy es el sindicato mayoritario tanto en  afiliación como en representación. En esta Comunidad Autónoma, los inscritos suman 33.326, una cifra que no está mal a pesar de que hace cinco años había 50.000 afiliados. Así y todo, los partidos políticos de Canarias juntos no llegan a la mitad.

El secretario general de Comisiones Obreras en las Islas, Carmelo Jorge Delgado, y José Emilio Martín Acosta, militante desde el 76, reciben al DIARIO con un montón de cosas que  contar.   “Es una organización viva que está en un permanente proceso de renovación, de debate”, reflexiona Jorge. “El problema más serio es el de la participación de los jóvenes. Eso se debe, por un lado, a las dificultades del mercado laboral y, por otro, a nuestras deficiencias a la hora de interactuar con ese  sector de los trabajadores y trabajadoras. Ahí está probablemente nuestro principal obstáculo en el desarrollo del sindicato en los próximos años. Pero creo que es una organización muy consolidada, asentada, con una historia de la que podemos estar legítimamente orgullosos. Y, sobre todo, tiene futuro, bastante más futuro que historia”. Tras ofrecer elocuentes muestras de capacidad autocrítica, sin flagelación, Carmelo Jorge aboga por una financiación sostenible de los sindicatos: “Hay distintos modelos. En Alemania no ingresan ni un solo euro de subvenciones, pero la afiliación es obligatoria. En España optamos por el sistema de la representatividad, igual que los partidos con respectos a las instituciones. Pero a ellos les otorgan un dinero en función de los votos y a nosotros se nos niega. Somos los hermanos pobres de la democracia. Sí, creo que, siendo justos, la actividad sindical hay que financiarla”.

José Emilio Martín Acosta y Carmelo Jorge Delgado, en la sede de la ejecutiva de Comisiones Obreras de Canarias en Santa Cruz de Tenerife. / SERGIO MÉNDEZ
José Emilio Martín Acosta y Carmelo Jorge Delgado, en la sede de la ejecutiva de Comisiones Obreras de Canarias en Santa Cruz de Tenerife. / SERGIO MÉNDEZ

Martín procede de la Federación de Trabajadores de La Palma (FTP), creada en 1930 y que en el 78 se uniría a Comisiones Obreras. “En Canarias empezó a haber movimientos en 1959, cuando se ejecutó al Corredera y surgió Canarias Libre con personas que estaban en la órbita del PCE, como los  hermanos Gallardo (Toni y José Luis). Canarias Libre cae en 1962 y en el 65 aparece el primer Tierra Canaria, una publicación que se repartía por las fábricas y  las calles después de que entre 1963 y 1964 se formaran las comisiones obreras canarias”.  En febrero de 1969, la “revista de los trabajadores y campesinos canarios” difundió una carta escrita a mano en enero desde la prisión de Soria. Allí estaban recluidos siete de la veintena de activistas condenados en consejo de guerra por los sucesos de Sardina del Norte. Quesada, Morales, Montenegro, Redondo, Vizcaíno y los Gallardo enviaron un “saludo fraternal” a “todos los trabajadores de nuestra provincia” con el compromiso de continuar “en la lucha por los derechos que como presos políticos-sociales” les correspondían. “La unidad nos ha permitido asestar un duro golpe a la dictadura”,  añadían los remitentes del mensaje en referencia a que habían “obligado a reducir al mínimo las sanciones” impuestas.

De la incorporación del grupo Latitud 28, “feliz síntesis entre lo cultural y popular (Club Victoria de la Isleta) y el empuje revolucionario de diversos intelectuales y comunistas de Las Palmas”, adquiere CC.OO. el “carácter abierto,  multitudinario, festivo a veces, político/cultural siempre, que se manifestaba en las  excursiones y actos públicos”.  De esta manera despertaban el interés los artífices de la segunda etapa, a partir de julio de 1995, del mítico órgano de expresión; entre quienes se encontraba José Emilio, secretario de Información entre 1992 y 1998.

Carmelo Jorge excava en las raíces: “Cuando había un conflicto, se montaba una comisión obrera para gestionarlo e inmediatamente desaparecía para que no hubiera represalias”. Los estudiosos discrepan sobre el origen exacto, aunque es muy extendida la interpretación de que el detonante fueron las huelgas mineras asturianas de 1962.

Otro hito que “remarca las señas de identidad” de CC.OO. es que se infiltró en el sindicato vertical franquista como un caballo de Troya. “Acabó siendo dirigido por gente de Comisiones Obreras, porque ganó las elecciones. Eso se consiguió dando una patada a la ortodoxia, que decía desde el exilio en París que se habían vendido al régimen.  En la vida práctica de los trabajadores y trabajadoras, el camino hay que ir buscándolo todos los días”. Entrismo no significa entreguismo.

Entre enero y marzo del 76, explica Jorge, “se perdieron 136 millones de horas de trabajo en huelgas, y esa fue la puntilla del franquismo sin Franco”.  Desde “el civismo más absoluto” se paralizó el país. “Eso abrió el camino a las reformas políticas. Sin la presión en la calle no hubiéramos alcanzado la democracia”.

Por paralelismo al binomio UGT-PSOE, hijos de Pablo Iglesias, CC.OO. llevaba durante la transición y con posterioridad la etiqueta de “correa de transmisión” del PCE. En algo habrá colaborado que su máximo dirigente entre 1976 y 1987 fuera Marcelino Camacho, diputado comunista de 1977 a 1981. Antes había sido ugetista. La aportación de Comisiones a la vertebración no fue solo simbólica. Tampoco ahora.

 

 

 

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De Felipe Martos (78-92) a Carmelo Jorge, elegido en 2015

Carmelo Jorge Delgado asumió la dirección de Comisiones Obreras en Canarias el 26 de junio de 2015, siete meses después de la forzada dimisión de Juan Jesús Arteaga Lorenzo. En 2011 falleció Felipe Martos Bueno, el primer secretario general (1978-1992). De él dijo Arteaga en un homenaje que fue “un pionero en su concepción de la actividad sindical, así como un defensor incansable de la formación como método para abrir puertas en la vida y en la actividad laboral de los trabajadores”. Por esa razón se rebautizó en su memoria el Centro de Formación y Empleo (Forem) en Las Palmas de Gran Canaria. “Una vez que el trabajador pasa al paro, el papel del sindicato se diluye”, lamentaba Martos. Andaluz de nacimiento, de Porcuna (Jaén), fue nombrado hijo adoptivo a título póstumo, aunque su concesión ya estaba prevista, a sugerencia de Jerónimo Saavedra.[/su_note]

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