El PP y CC se disputan el espacio electoral de centro-derecha en Canarias

El componente nacionalista ya es residual en Coalición Canaria, que se proyecta como una organización política de corte regionalista

Acto electoral de Coalición Canaria, sin predominio de la simbología nacionalista. / FRAN PALLERO

En la teoría de la evolución política, Coalición Canaria y el Partido Popular nacen de unas mismas raíces que luego se separaron del tronco común. Aunque el germen del actual PP es la Alianza Popular de Manuel Fraga, el jardín que hoy adorna el palacio de la Moncloa también floreció con semillas de la Unión de Centro Democrático. De la organización que fundó Adolfo Suárez surgió precisamente el embrión de CC. Ahora se disputan la hegemonía en el espacio electoral del centro-derecha. El PSOE se ha percatado de ello y presta la silla del juego. Si las peleas en el Gobierno autonómico son por la pelas, el PP mete baza para ganar crédito en la resolución de conflictos. Hoy en día ejerce de juez de paz: alienta la reconciliación entre CC y el PSOE, pero también se ofrece como pareja de cualquiera de los componentes del matrimonio si este se rompiera.

Las principales diferencias entre el PP y CC vienen marcadas por el rasgo nacionalista de los coalicioneros; un aspecto que, sin embargo, se ha tornado residual. Los elementos identitarios integran, sí, el ADN del proyecto en sus diversas etapas: ATI y sus satélites aportaron el insularismo; la izquierda de las siete estrellas verdes contribuyó con su alternativa al modelo territorial del Estado y el regionalismo bombea pragmatismo desde las arterias que comunican el corazón con la cabeza. Las venas pactistas riegan el cuerpo del poder y, cuando eso deje de suceder, correrá sangre empapada de lágrimas. De ahí la trascendencia de mantenerlo vivo siquiera sea con muletas y respiración asistida. La amputación del brazo que llevaba tatuado el nombre de Román Rodríguez agravó el conflicto de personalidad. El expresidente autonómico se llevó a Nueva Canarias las “esencias” del “nacionalismo progresista” y Asamblea Majorera permanece en forma de cuello ortopédico.

Tras su constitución, en 1993, CC alcanzó el cénit en las legislativas de 1999, al conseguir 24 escaños en el Parlamento canario. Por el contrario, el declive ya se visualizó en la convocatoria de 2007. La representación se redujo entonces a 19, un acta más de las sumadas en mayo de 2015. Pese a superar en el número de asientos al PSOE (15) y el PP (12), Coalición Canaria ha sido relegada a la tercera posición en votos. En ese deambular, ha perdido el grupo en el Congreso. No obstante, intenta ejercer influencia desde el Mixto y, de hecho, Ana Oramas ha entregado a Mariano Rajoy un cheque -“no en blanco”- con acuse de recibo. Hubo momentos en los que el idilio CC-PP estuvo a punto de alumbrar una alianza electoral e incluso orgánica similar similar a la que se fraguó con UPN. Las fórmulas del entendimiento son inescrutables.

 

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Saavedra y Soria les hicieron la cobra a los adoradores del tabú

En un sector cada vez más amplio de la población sorprende que el PSOE eche pestes del PP por ser de “derechas” y en paralelo no haga ascos a gobernar con partidos como el democristiano PNV, el liberal Ciudadanos o, tiempo atrás, con la burguesía instalada en CiU. ¿Por qué CC sí y el PP no?, habría que preguntar respecto de Canarias. El socialista Jerónimo Saavedra, en 2005, y el popular José Manuel Soria, en 2011, les hicieron la cobra a los adoradores del tabú. Al menos, se sacudieron los prejuicios.[/su_note]

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