Pederastia

El gran asesor de Donald Trump, ese que manda callar a la prensa o la nombra oposición de su Gobierno, Steve Bannon, contó con sustituto en la repugnante revista digital Breitbart

El gran asesor de Donald Trump, ese que manda callar a la prensa o la nombra oposición de su Gobierno, Steve Bannon, contó con sustituto en la repugnante revista digital Breitbart. Se llama Milo Yiannopoulos y ha llevado al extremo la desfachatez. Por ser de ascendientes griegos, se precisa católico. Es homosexual y pretendió ser poeta, sin conseguirlo. Un hombre de treinta y tres años confirma su devoción por el líder de su país y no excusa exponerse como uno de los más funestos ultraderechistas. Ocurre, sin embargo, que uno no interpreta bien qué sucede hoy en este desalmado astro. Porque desde los griegos la dialéctica era el alma de la política. Así se recuerda: los extraordinarios discursos del aristócrata y conservador Cicerón contra Catilina y el compromiso filosocialista y antiesclavista de Catilina que lo llevó a la muerte. Los contrarios exponían y actuaban por esos principios con el agarre de la ética. Ahora esa torre se ha derrumbado. La desmesura alcanza tanto al engaño como a la ruina de la sensatez. Trump insiste en el muro de la vergüenza contra los vecinos, advierte de manera descarnada y abyecta de que los inmigrantes son el sustento de la inseguridad, de la criminalidad e incluso del terrorismo, y nos sorprendió hace unos días el director de comunicación del Gobierno catalán, que defiende la creación de un ejército para su futuro país, no sea que la independencia se resienta por ataques extranjeros y los devuelvan a la centralidad. Lo que el tal Yiannopoulos defendió es que el abuso sexual a niños y niñas (la pederastia) no ha de perseguirse. Cumple esa caterva (que ha de aceptarse porque son mayoría y gobiernan) con la sublime ponderación del macho (heterosexual u homosexual) al que por sus dones ni el buen tino ni la justicia han de rozar. Cabe un complemento sustancial: por ser el susodicho lo que es, debe ser vejado y violado. ¿Se disculpará y perdonará a los fornidos y activos agresores? No se lo han preguntado; no sabemos qué responde o qué responderá. Lo cierto es que el mundo se ha movido contra él. Los republicanos lo han puesto en su sitio y ha perdido el puesto de editor. Mas no por ello el planeta pierde el auge conforme a los modos y maneras que esa proterva ideología dona a los mortales. Sustancia incontrovertible. Tanto que podemos oler como nunca antes hemos olido gracias al eau de parfum de Ivanka Trump que enardece todos los rincones de este mundo.

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