Hacker: ¿es un héroe o villano?

Si se repasa, aunque sea de forma somera, el listado de comentarios a la noticia sobre el arresto de un tinerfeño a cuenta de la filtración de los llamados papeles de La Castellana...

Si se repasa, aunque sea de forma somera, el listado de comentarios a la noticia sobre el arresto de un tinerfeño a cuenta de la filtración de los llamados papeles de La Castellana, es imposible no aceptar que la ciudadanía, de forma abrumadora, no solo entiende que este varón de 43 años no es un delincuente, sino que además debería ser condecorado. No parece que vaya a pasar ni una cosa ni la otra, pero en realidad esta discusión es parte de un debate mayor sobre la suerte que corren aquellos que cumplen con la obligación que todos tenemos de presentar denuncia en caso de detectar algún tipo de actividad delictiva. Lo cierto es que dar semejante paso no resulta muy productivo en este país, o al menos eso se deduce de lo acaecido a, por ejemplo, Ana Garrido Ramos, una exfuncionaria municipal de Boadilla que destapó el ‘caso Gürtel’ y que, en repetidas ocasiones, ha explicado públicamente la terrible presión y las represalias que ha sufrido por ello. sin que nadie mueva un dedo para evitarlo. Mientras Garrido ha tenido incluso que subastar parte de sus bienes para subsistir, no deja de llamar la atención que esta ciudadana asegure, a pesar de todo, que volvería a actuar de la misma manera. Que las fuerzas parlamentarias no actúen para remediar tan lamentable estado de cosas no deja de evidenciar su distancia de la sociedad.

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