La memoria silenciosa del Sur

El Archivo Municipal de Arona, que acaba de ser ampliado, ofrece documentos de gran valor histórico que datan del siglo XVIII
Auto manuscrito que recoge las medidas contra el motín de Esquilache, que se produjo en 1766. DA
Auto manuscrito que recoge las medidas contra el motín de Esquilache, que se produjo en 1766. DA
Auto manuscrito que recoge las medidas contra el motín de Esquilache, que se produjo en 1766. DA

Una copia original de un auto que establece la manera en la que se debe de proceder para que las poblaciones de más de 2.000 habitantes se constituyeran en municipio; la resolución de la Real Audiencia de Canarias que decreta la segregación de Arona con respecto a Vilaflor y a La Orotava, comenzando así la historia del municipio sureño; y actas emanadas de la aprobación de la Constitución de 1812 hasta la restauración del Antiguo Régimen con el regreso a España de Fernando VII. Son tres ejemplos de los tesoros que guarda el Archivo Municipal de Arona, que acaba de ampliar sus dependencias para dar cabida, a través de 333 metros lineales de estanterías, a más de 3.000 nuevas cajas de documentación.

El recinto nos invita a sumergirnos en la historia, y para ello, al contrario de lo que ocurre en otras localidades, desempolva el valioso material y lo saca a la luz a través de tres programas diferenciados con los que se pretende acercar el valor de la memoria escrita a la población. Las dependencias atesoran documentos del siglo XVIII, como las secuelas que produjo en 1766 el episodio conocido como el motín de Esquilache, una masiva movilización popular que tuvo lugar en Madrid, que provocó un cambio de gobierno y el destierro del marqués de Esquilache, principal ministro de Carlos III, al que los amotinados culpaban de la carestía de los alimentos y de la prohibición de algunas de las vestimentas tradicionales. Aquella revuelta llegó hasta la Isla, concretamente a La Orotava, la villa de la que dependía Arona, donde se produjo una algarada.

El auto con las decisiones adoptadas por el rey para devolver la normalidad al país tras la sublevación se conservó en la iglesia parroquial aronera a partir de 1794, casi 30 años después de producirse los incidentes. Es otra de las joyas que alberga el archivo municipal. Respecto a la fundación de Arona como municipio, se conserva el documento que acredita la elección de alcalde en 1799 por parte de 24 compromisarios o representantes del pueblo sobre los que también recaía la responsabilidad de designar al diputado del común, al síndico personero y al secretario municipal.

Los usuarios del archivo tienen acceso también a un conjunto de páginas amparadas en la Constitución de Cádiz que aparecen tachadas por orden de la autoridad absolutista en el primer tercio del siglo XIX.

II república y posguerra

Los visitantes pueden contemplar los boletos que entre 1933 y 1935 se vendían en el municipio para ayudar a los obreros encarcelados durante el llamado bienio negro. También se guardan escritos de orientación marxista, socialista y anarquista en la época de la II República que se escondieron en 1936 hasta que salieron a la luz en la democracia: cartillas de aportación solidaria a causas obreras, revistas, cartas personales y documentos posteriores al golpe de Estado de 1936 que dio origen a la guerra civil española.

La mayoría de consultas son para gestiones administrativas

“La conservación del material histórico es una prioridad”, señala el edil Francisco Marichal, mientras que Francisco Hernández, archivero municipal, destaca el alto número de consultas de particulares. El alcalde, José Julián Mena, visitó esta semana las dependencias.

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